En Washington, legisladores demócratas y organizaciones no gubernamentales han celebrado el nuevo plan de regularización propuesto por el presidente Joe Biden, el cual busca otorgar estatus legal a unas 500,000 personas que actualmente residen indocumentadas en Estados Unidos. Este programa, anunciado oficialmente en un evento en la Casa Blanca, está diseñado para permitir que migrantes que están casados con ciudadanos estadounidenses inicien el proceso para obtener un permiso de residencia sin necesidad de salir del país.
Dick Durbin, líder demócrata en el Senado, destacó la decisión como justa y tardía, mientras que la senadora Catherine Cortez Masto elogió la medida como un avance significativo que también aboga por la seguridad fronteriza y la defensa de las familias migrantes. Organizaciones como FWD.us han descrito el plan como histórico y crucial para mantener unidas a las familias migrantes en Estados Unidos.
A pesar de la celebración por parte de los demócratas y defensores de derechos migratorios, la oposición republicana, liderada por figuras como Donald Trump y Ted Cruz, ha rechazado enérgicamente estas medidas. Karoline Leavitt, portavoz de la campaña de Trump, ha acusado a Biden de fomentar la inmigración ilegal mediante una supuesta amnistía. Ted Cruz incluso afirmó falsamente que las nuevas medidas otorgarían el derecho de voto a los migrantes, una afirmación que carece de fundamento legal.
El plan de regularización basado en la figura del «parole» permitirá a los migrantes que ya están en territorio estadounidense, y que ingresaron de manera irregular, solicitar la residencia y eventualmente la ciudadanía si están casados con ciudadanos estadounidenses. Esta figura legal ha sido utilizada por administraciones anteriores, como las de George Bush y Barack Obama, y ahora bajo Biden tendrá una validez inicial de tres años.
En resumen, las nuevas políticas migratorias de Biden representan un cambio significativo en la estrategia gubernamental hacia la regularización de migrantes en Estados Unidos, enfrentando fuertes críticas de la oposición republicana mientras reciben el apoyo de legisladores demócratas y defensores de derechos migratorios. EFE