Las Vegas (EE.UU.), (EFE).- Los Angeles Lakers disputarán la final de la Copa NBA (In-Season Tournament) este sábado ante los Indiana Pacers gracias a una noche enorme de LeBron James contra los New Orleans Pelicans, una fantástica actuación en semifinales que recibió grandes elogios de sus compañeros y su entrenador.
«Sólo tengo una palabra para definir a LeBron: extraordinario. Él sale desde el principio a tope, desde la reunión previa y la salida a pista. Se comunica, ayuda a los chicos a visualizar el plan de partido que queremos ejecutar. Su energía, cómo sacrifica su cuerpo en las cargas», comentó en una rueda de prensa Darvin Ham, técnico de los Lakers.
«Ha mostrado un tono increíble en ambos lados de la pista y sus compañeros simplemente le siguen. Es una bendición ver esto y saber que estás en el mismo lado que él», agregó.
Para Austin Reaves, uno de sus jóvenes, la influencia de LeBron es absoluta sobre ellos.
«Se le ve sano. Fresco, con buen ánimo, nunca está de mal rollo. Siempre sonriendo, bromeando, riendo… Es LeBron. Y cuando un jugador como él actúa así es un impulso muy positivo en el vestuario», comentó el alero.
LeBron también avala la labor de sus compañeros y para ‘El Rey’ aún no existe un techo para estos Lakers.
«Es algo que tenemos que averiguar. Cuando me preguntaron en los últimos dos meses sobre el equipo, mi respuesta fue realista porque no lo sabía, no teníamos aún nuestro equipo», dijo.
«Pero empezamos sin lesiones, empezamos a ver cómo se veía este equipo, el gran ritmo que tenemos en ataque y en defensa. Ayuda tener diferentes quintetos para saber cómo funcionamos ofensivamente, qué podemos hacer en defensa. Ayuda mucho», argumentó.
Un conjunto mejorado en ambos lados
LeBron es el primero que esta noche ha predicado con el ejemplo de la defensa, que considera el camino a seguir para poder ganar
«Creo que hemos empezado a saber qué necesitamos para ser un equipo en un camino ganador, ser consistentes. Sabemos que defensivamente empezamos muy bien hoy, tenemos que defender cada noche. Si defendemos, vamos a tener nuestras opciones de ganar cada partido. Cuando nuestros chicos aprietan, cuando se comunican… puedes tener un error pero sabes que están atrás para ayudarte. Eso aporta mucho al equipo», desarrolló.
En la parcela ofensiva, la estrella de los Lakers apuntó a la clave para imponerse en pista ante los Pelicans.
«En ataque queremos compartir la bola y reducir las pérdidas, son 31 asistencias esta noche. Y en pérdidas hicimos cinco en los primeros cinco minutos y luego sólo nueve por el resto del encuentro. Eso está muy bien», analizó un LeBron serio ante los periodistas.
Aunque fue hace ya tres décadas, es inevitable recordar la última ocasión -sin contar la selección de Estados Unidos- en la que LeBron estuvo en un contexto de eliminación directa: cuando jugó con St. Vincent-St. Mary en su época de instituto.
«En esa etapa jugué por el campeonato mis cuatro años y una vez que comenzaba la postemporada se trata de ganar o te vas a casa. No puedes perder ni nada. Ya tuve esa experiencia pero esto es, definitivamente, un nivel mayor con jugadores de la NBA», indicó.
Respeto por los Pacers
La final del sábado se ve desde el vestuario de los Lakers como una gran oportunidad, pero también como un reto muy exigente ante Indiana.
«Tienen muchos partidos de 130 y 140 puntos. Está Haliburton y muchos jugadores que le complementan muy bien. Corren y están jugando muy bien. Va a ser un examen para nuestra defensa, seguro. Pero va a ser un partido apasionante», manifestó Anthony Davis.
También Reaves advirtió de la intensidad de los chicos de Rick Carlisle.
«No es sólo los triples, sino el ritmo con el que juegan. Vamos a tener que estar en alerta, porque cada tiro suyo, lo metan o no, van a seguir moviendo la pelota tan rápido como puedan», señaló.