Macron, que intervino en una conferencia de prensa en Tirana junto al primer ministro albanés, Edi Rama, insistió en que en una democracia en que se garantizan los derechos de las personas un individuo puede cometer un atentado.
«Nunca será posible en un Estado de derecho un sistema en que el riesgo terrorista se erradica completamente», advirtió antes de decir que se debe poner más vigilancia pero «sería una derrota extrema pensar que la respuesta es suspender el Estado de derecho».
En cualquier caso, negó «fallos» en respuesta a una pregunta sobre la polémica que se ha generado en Francia al saberse que el terrorista de Arras, Mohamed Mogouchkov, nacido en Ingusetia, estaba fichado por los servicios secretos por radicalismo islámico y forma parte de una familia para la que hubo un procedimiento de expulsión de Francia que no se ejecutó.
Explicó que Mogouckhov procedía de «un país en guerra», en referencia a Rusia, con el que se suspendió la cooperación para expulsar a sus nacionales, que se ha vuelto a restablecer en los últimos meses.
El terrorista llegó de niño a Francia con su familia, que fue objeto de un procedimiento de expulsión en 2014 que no se materializó, tras la presión entonces de varias ONG.
El padre sí que fue expulsado en 2018 y el hermano mayor está ahora encarcelado en Francia por haber participado en la preparación de un atentado terrorista. En cuanto a Mohamed Mogouchkov, estaba siendo vigilado desde hacía semanas por los servicios secretos y la víspera del ataque en Arras fue arrestado pero los agentes no encontraron elementos para detenerlo.
Macron hizo hincapié en que desde hace una decena de años y las olas sucesivas de atentados terroristas, Francia ha tomado medidas de protección. Así, se refirió a que desde los atentados de París en noviembre de 2015 se han restablecido los controles -aleatorios- en las fronteras con otros países de la zona Schengen.
Desde el ataque de Arras del viernes pasado, Francia ha elevado el nivel de protección antiterrorista, y después del atentado de ayer en Bruselas, el despliegue va a ser particularmente consistente en la ciudad de Lille, fronteriza con Bélgica, donde esta tarde se juega un partido de fútbol entre las selecciones de Francia y Escocia.