«Soy una persona paciente. Necesito mi tiempo para adaptarme, pero cada día se me ve más cómodo en la pista. La unión con mis compañeros es mejor. Muy feliz de poder ayudar a ganar. Ojalá podamos volver con todas las victorias», afirmó el jugador madrileño desde el pabellón de la Ciudad Deportiva Joan Gamper.
Hernangómez relativizó la presión a la que están sometidos los deportistas: «Yo hago lo que me gusta, me siento un afortunado. La presión es para otra gente que de verdad tiene que levantar una familia y traer comida a casa, eso sí que es valor y mérito. Lo mío es jugar al deporte que amo».
«Me siento muy adaptado a la ciudad, aquí tengo a toda la familia de mi novia. Y en la pista, Roger (Grimau) y todos los compañeros me ponen todas las facilidades. Más que un equipo, somos un grupo de amigos que lucharemos por ganar títulos. Cada día que vengo me lo paso muy bien entrenando. Es la oportunidad que buscaba, ser feliz jugando a baloncesto», confesó.
Sobre el partido de este viernes en la pista del Olympiacos, el pívot aseguró que «es un equipo muy difícil, de los mejores de Europa. Será todo un reto, un partido durísimo en el que tendremos que jugar muy serios».
«Es el viaje más largo de la temporada. Es un reto apasionante jugar tres partidos muy difíciles muy lejos de casa y con muchas horas de viaje. Estos retos siempre vienen bien para sumar, mejorar y ver nuestros fallos», aseguró antes de un carrusel de partidos domicilio ante el Olympiacos, el Gran Ganaria y el Partizan.
Por último, Hernangómez reconoció la motivación de enfrentarse al pívot del Olympiacos Nikola Molutinov, uno de los mejores de la Euroliga en su posición: «Somos de la misma edad y jugamos en categorías inferiores el uno contra el otro. Siempre tengo ganas de pegarme con los mejores pívots y demostrar que soy uno de ellos».