En los últimos años, las tasas de trastorno de salud mental aumentaron considerablemente y esta adquirió un papel preponderante en la agenda de la salud pública. La Organización Mundial de la Salud define la salud mental como un estado de bienestar en el que cada persona puede desarrollar su potencial, afrontar las tensiones de la vida, trabajar de forma productiva y aportar algo a su comunidad. Es una situación emocional que ahora parece estar en juego para muchas personas en todo el mundo.
El informe ‘Diferentes realidades que alteran la vida: la crisis global de la salud mental postpandemia’, elaborado por el equipo de Healthcare de LLYC, aporta claves sobre cómo deben ser las estrategias de comunicación que tienen que implementar las empresas e instituciones para enfrentar los trastornos de salud mental.