Naciones Unidas, – La ONU dijo este miércoles que mantiene «consultas» con las autoridades de facto en Afganistán tras el veto a las empleadas afganas de la organización y aseguró que de momento va a mantener a sus trabajadores nacionales -hombres y mujeres- trabajando desde casa.
El secretario general de la ONU, António Guterres, igual que la misión en Afganistán (Unama), condenó hoy la prohibición talibán de trabajar a todas las afganas que emplea la organización en el país, reivindicó que son parte esencial para sus operaciones y pidió la revocación inmediata del veto.
En una presentación no relacionada, la secretaria general adjunta, Amina Mohammed, recordó que la situación en Afganistán es «impredecible» y que para poner a sus trabajadores «fuera de peligro» les ha «pedido trabajar desde casa» hasta que los talibanes «aclaren mejor» el alcance de la orden.
«Este es otro paso atrás (…) pero seguimos contactando, consultando y trabajando con los diferentes estados en Afganistán, hay más de uno con el que trabajamos, y algunos son más duros que otros», abundó la número dos, que se mostró esperanzada en que se pueda dar «marcha atrás». La Unama dijo hoy previamente que ha ordenado a sus trabajadores de ambos sexos que no vayan a sus oficinas en Afganistán «hasta nuevo aviso».
Ramiz Alakbarov, el coordinador humanitario residente en el país, especificó en una rueda de prensa que no se baraja el retorno de solo los empleados afganos, por «solidaridad», hasta que se retomen «condiciones normales» en las oficinas que no impliquen el «acoso e intimidación» de las empleadas.
La ONU tiene en Afganistán unos 3.300 empleados y empleadas nacionales, según medios.
Alakbarov especificó también que la orden de los talibanes -que se deriva de un veto general impuesto en diciembre a todas las afganas a trabajar en ONG nacionales e internacionales- no se aplica a las trabajadoras internacionales, que «siguen siendo capaces» de dar ayuda humanitaria sobre el terreno.
Corroboró que la ONU está en «comunicación intensiva» con el Gobierno interino fundamentalista pero no ha conseguido «compromisos», y añadió que los asuntos de «participación de las mujeres e igualdad de género» no se pueden poner «en conflicto con el imperativo humanitario».
Mohammed, por su parte, dijo esperar que la comunidad internacional no deje de financiar los programas humanitarios porque eso «no castiga a los talibanes, sino a la gente de Afganistán», y aseguró que la ONU ha estado «proactivamente» tratando de buscar soluciones con las autoridades de facto y los países vecinos.
Sobre estos últimos, Mohammed apuntó: «Son países musulmanes. Tienen interacciones con las autoridades de facto y esperamos que presten su voz y su músculo para asegurar que se reviertan las decisiones que, de nuevo, se han tomado para perjudicar a las mujeres y niñas de Afganistán». Los altos funcionarios de la ONU enfatizaron hoy que la situación es crítica y que la vida de «miles de personas» está en riesgo, sobre todo niños y madres residentes en áreas rurales o remotas que dependen de la ayuda humanitaria.
Preguntada por un mensaje para el líder talibán, Hibatullah Akhundzada, Mohammed le instó a que considere » realmente cuáles son las enseñanzas del Islam», especialmente «en el mes sagrado del Ramadán», y sostuvo que estas no «impiden» a las mujeres estudiar ni trabajar.
