Buenos Aires, .- El Gobierno de Estados Unidos financia con 1,3 millones de dólares una asistencia técnica diseñada para Argentina por la Oficina de Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito (Unodc, por sus siglas en inglés), reflejada en un convenio firmado con el Ministerio Público Fiscal y el Ministerio de Seguridad.
Según dijo este martes la representante regional de la Unodc para la región Andina y el Cono Sur, Candice Welsch, en un encuentro en Buenos Aires con medios, entre ellos EFE, «las prioridades (del acuerdo) son las del Gobierno argentino», «no es impulsar otra agenda». El proyecto «Control de Sustancias químicas, interdicción de drogas ilícitas y respuesta de la Justicia Penal al narcotráfico y la corrupción asociada en Argentina», que fue firmado el lunes con las autoridades argentinas, es «un punto de inflexión» porque es la primera iniciativa diseñada por Unodc exclusivamente para Argentina.
El primer objetivo es dar herramientas que sirvan para potenciar el trabajo cotidiano a los funcionarios de las fiscalías y juzgados, el personal civil de ministerios de seguridad y funcionarios aduaneros de las áreas antidrogas, pero también busca impactar en el personal provincial.
La Unodc trabaja hace doce años con Argentina, pero en el marco de programas globales.
Welsch contó que el caso de cocaína envenenada con fentanilo en la provincia argentina de Buenos Aires, que mató a 24 personas en febrero de 2022, fue una de las motivaciones, igual que «más riesgos de consumo de drogas sintéticas», para firmar este acuerdo de cooperación.
Este proyecto tendrá un plazo de tres años, hasta 2025, y estará focalizado en la ciudad de Buenos Aires, en las provincias de Buenos Aires y Santa Fe -donde la ciudad de Rosario vive una ola de inseguridad creciente, producto de la guerra entre bandas de narcotraficantes-. Allí pretende «identificar los riesgos de corrupción asociados a drogas sintéticas», dijo Welsch.
La Unodc busca fortalecer los equipos forenses porque las organizaciones criminales permanentemente innovan en la producción de drogas sintéticas y sustancias psicoactivas modificando un componente para quedar fuera de las sustancias sujetas a verificación.
Además, busca detectar no solo los precursores químicos para la producción de drogas sintéticas, sino los «pre-precursores químicos».
La cocaína no es el único riesgo de la región, sino también las drogas sintéticas, que pueden ser fabricadas en laboratorios en todo el mundo, por lo que «es tan importante prevenir que sea un problema en la región», advirtió Welsch.
También pretende fortalecer la capacidad de lucha contra el narcotráfico en Internet.
Según explicó la experta, hubo un «aumento importante» en 2021 en las hectáreas de producción en los países que cultivan coca -Colombia (+40 %), Perú (+30 %) y Bolivia (+4 %)-, en tanto aún considera a Argentina, Brasil, Ecuador y México como países de tránsito.
Norteamérica sigue siendo el mercado más grande, seguido por Europa, aunque Welsch señaló que el mercado sudamericano es también «muy grande» y recordó que 21,5 millones de personas han usado cocaína en 2021, «el nivel más alto que vemos».
