París, .- La visita del rey Carlos III del Reino Unido a Francia, que debía comenzar el próximo domingo, ha sido aplazada a causa de las protestas contra la reforma de las pensiones del presidente francés, Emmanuel Macron, que han derivado en disturbios.
La decisión del aplazamiento la han tomado los gobiernos de los dos países después de una comunicación telefónica esta mañana entre Macron y el rey, explicó el Elíseo en un comunicado. Se trata así, según la Presidencia francesa, de «poder acoger a su majestad el rey Carlos III en condiciones que correspondan con nuestra relación de amistad».
Sobre las fechas en las que se hará finalmente esa visita, la indicación es vaga: «se programará lo antes posible».
En cualquier caso, el Elíseo reconoce que este cambio de planes tiene que ver con las protestas contra Macron, y más en concreto con la nueva convocatoria de todos los sindicatos para una nueva jornada de movilización el próximo martes, que será la décima, después de la de ayer, que se caracterizó por manifestaciones masivas y múltiples altercados.
Esos altercados, que fueron particularmente graves en París, pero también en Rennes, Nantes, Lorient o Burdeos por las imágenes que han dado del país, dieron lugar a 457 detenciones por las fuerzas del orden, entre las que hubo 441 agentes heridos.
El anuncio del aplazamiento de esta visita, que tenía que ser la primera al extranjero de Carlos III desde que es rey, llega sólo unas horas después de que el ministro francés de Interior, Gérald Darmanin, hubiera asegurado que el dispositivo de seguridad estaba preparado «para recibirlo en excelentes condiciones».
Darmanin, que había insistido en que no había «amenazas terroristas caracterizadas», sí que había admitido que algunos podían aprovechar la presencia del rey como un altavoz mediático para sus protestas o reivindicaciones políticas.
En el programa del rey, que comenzaba el domingo con su llegada a París, había una ceremonia el lunes en el Arco de Triunfo con Macron para poner una corona de flores en el monumento al soldado desconocido, antes de que los dos jefes de Estado bajaran la avenida de los Campos Elíseos en lo que inicialmente debía ser un baño de multitudes.
Otro momento sensible en términos de seguridad, era el viaje del monarca en tren de alta velocidad (TGV) el martes a Burdeos, donde además estaba previsto que tomara el tranvía para dirigirse a la plaza de la Bolsa.