Islamabad, .- Los seguidores del ex primer ministro paquistaní Imran Khan siguen alerta este viernes en los alrededores de su residencia, tras los choques de los últimos días con las fuerzas de seguridad, ante la posibilidad de un nuevo intento de arresto por un caso relacionado con los obsequios recibidos durante su gobierno.
El Tribunal Superior de Lahore extendió hasta esta tarde la prohibición de nuevas acciones policiales en la residencia del líder opositor, según informó el diario paquistaní Dawn, dando un respiro a Khan. Pero ante la incertidumbre, cientos de simpatizantes de la formación Pakistan Tehreek-e-Insaf (PTI) de Khan siguen reunidos en las inmediaciones de su residencia en la ciudad oriental de Lahore para defender a la ex extrella del críquet.
La Policía lanzó el pasado martes una operación para arrestar al ex primer ministro paquistaní, la segunda en menos de un mes tras otro intento fallido el pasado día 5, pero los líderes de la formación opositora llamaron a sus seguidores a tomar las calles y la acción de las fuerzas de seguridad degeneró en choques. Tras dos días de combates, que dejaron centenares de heridos, las autoridades se vieron obligadas a desistir temporalmente.
El exmandatario permanece desde hace casi dos semanas atrincherado en su residencia en la ciudad oriental de Lahore, después de ausentarse a varias citaciones judiciales, aunque ha asegurado que se presentará mañana ante los tribunales. El líder opositor ha sido acusado de quedarse con regalos recibidos durante su mandato sin entregarlos a un depósito gubernamental donde se guardan los regalos de funcionarios extranjeros y que, en caso de querer conservarlos, deben pagar previamente el 50 % del valor de su tasación.
Khan ha sido implicado además en otros casos, y se ha excusado de presentarse ante los tribunales por problemas de salud y falta de seguridad después de que sufriera heridas de bala en ambas piernas por un intento de asesinato el pasado noviembre.
El exgobernante fue destituido de su cargo el pasado abril a través de una moción de censura, que Khan atribuyó a un movimiento de Estados Unidos para expulsarlo del poder, aunque posteriormente afirmó que fue el ex jefe del Ejército de Pakistán Qamar Bajwa quien conspiró con la oposición para desalojarlo.