Sant Joan Despí,.- Yasmin Mrabet (Madrid, 1999) es la capitana del Levante las Planas de la Finetwork Liga F y está viviendo en primera persona un fenómeno social sin precedentes en Marruecos, un país que se volcó con su selección femenina en la Copa África del pasado verano y que está ilusionado con la primera participación en la historia del Mundial femenino.
De madre inglesa y padre marroquí, Mrabet creció en el distrito de San Blas de Madrid. En esta entrevista con EFE, la centrocampista explica la gran apuesta que se está haciendo por el fútbol femenino en Marruecos, donde se ha convertido en una cara conocida, ya que fue la autora del gol que dio el billete para el Mundial.
Pregunta: ¿Cómo está viviendo el fenómeno social que está sucediendo en Marruecos con la primera clasificación de la historia de la selección para el Mundial femenino?
Respuesta: La Copa África del pasado verano fue un punto de inflexión para todo el mundo. Allí se vio que el fútbol femenino sí que interesa, también en Marruecos y en África en general. Hubo 50.000 espectadores en la final. Más allá del apartado futbolístico, la repercusión que tuvo este evento en la sociedad fue muy grande y estoy muy contenta de haber tomado la decisión de jugar con Marruecos. Estamos viviendo algo muy bonito.
P: ¿Qué ha provocado este crecimiento social del fútbol femenino en África?
R: En la Copa África se batieron los récords de asistencia históricos del continente en el fútbol femenino y, a nivel mundial, entramos en el TOP 10. Batimos el récord de asistencia ante Nigeria en las semifinales y lo volvimos a superar en la final que perdimos ante Sudáfrica. Marruecos llevaba mucho tiempo sin disputar un torneo de estas características y nunca había llegado tan lejos. Hacerlo delante de nuestra gente fue espectacular.
P: Además, el gol decisivo que clasificó a Marruecos para semifinales, lo que comportó asegurarse el billete para el Mundial, lo marcó usted ante Botsuana.
R: Todo el mundo sueña con ese momento desde pequeña. Cuando vi venir el balón pensé en meter la cabeza como fuera. Marcar ese trocito en la historia del fútbol marroquí es un orgullo. Nuestro objetivo era llegar lo más lejos posible, el Mundial lo teníamos como un sueño. Nos habíamos clasificado para la Copa África como país anfitrión.
P: ¿Cómo se explica este crecimiento de la selección marroquí femenina?
R: Como muchas cosas, todo empieza desde arriba. Hace dos años una persona tomó la decisión de que el fútbol femenino también tenía que representar a Marruecos y, desde entonces, las chicas entrenan en las mismas instalaciones que los chicos, en Rabat. Además, se ficharon a entrenadores de mucho nivel, que te exigen y creen en ti, con un modelo de juego europeo. Esto ha comportado que muchas jugadoras con doble nacionalidad quieran jugar con Marruecos.
P: Usted jugó en las categorías inferiores de la selección española. ¿Este proyecto que está explicando es lo que le convenció para finalmente jugar con la marroquí?
R: Empecé a jugar con las inferiores de España con 15 años y llegué hasta la sub-20. De hecho, fui campeona de Europa con la sub-19. Pero, por cuestiones futbolísticas y por una lesión que tuve, decidí jugar con Marruecos. Vinieron a contarme el nuevo proyecto que había y me convencieron. No dudé. Además, el proyecto incluía Copa África, Mundial y Juegos Olímpicos.
P: ¿El haber llegado a la final de la Copa África y que la selección masculina haya conseguido ser semifinalista en el reciente Mundial les pone el listón más alto este verano?
R: Las expectativas siempre van a ser altas, nosotras nos tenemos que poner retos. Hicimos un buen torneo el verano pasado, pero siempre debemos tener los pies en el suelo. Tenemos que ser conscientes de que tan solo llevamos un año juntas de entrenamiento profesional. Nos queda mucho trabajo por hacer táctica y físicamente para alcanzar a las grandes potencias mundiales que llevan siendo profesionales más de 15 años.
P: Mientras tanto, afronta su segunda temporada en el Levante las Planas, la primera en la Finetwork Liga F. Empezaron muy bien la competición, pero ahora están tan solo tres puntos por encima del descenso.
R: El equipo está con ganas. Sabemos que la liga está muy competitiva en la zona media-baja. Pero no tengo ninguna duda de que poco a poco iremos sacando los puntos que necesitamos para conseguir la permanencia.
P: El Levante las Planas es de Sant Joan Despí, la misma población donde el Barcelona femenino tiene su estadio. ¿Cómo repercute este hecho?
R: Es muy complicado. No por el hecho de que esté tan cerca, sino porque la gente en Barcelona tan solo piensa en el Barça. Al final, el Levante las Planas es un club que en tres años ha saltado dos categorías y pocas personas lo conocen más allá de la gente del barrio. Institucionalmente creo que se podría dar más apoyo al club pequeño, pero esto es cosa del Ayuntamiento. De todas maneras, estoy muy contenta con la afición que viene a vernos. Quien lo hace no sale decepcionado.
P: Cuando llegó al Levante las Planas el curso pasado, el equipo estaba en Segunda División. Entonces usted ya había jugado en Primera con el Rayo Vallecano y el Madrid CFF. ¿Qué es lo que le convenció para dar el paso?
R: Acababa de salir de un año muy malo con lesiones muy importantes. Primero sufrí una luxación en el tobillo, que me hizo pasar por dos operaciones, y poco después de reaparecer me rompí el menisco. Decidí que quería seguir jugando al fútbol, pero con la condición de disfrutarlo. Y entonces no lo estaba haciendo. Necesitaba salir de Madrid y estar en Segunda División para poco a poco ir volviendo.
P: ¿Se llegó a plantear dejarlo?
R: Sí, a cualquiera que se lesiona se le puede pasar por la cabeza. Pero, al final, mi pensamiento era que no quería dejarlo así. Llevo pensando y viviendo el fútbol todos los días desde que tenía seis años. Además, entonces llegó la selección de Marruecos a buscarme.
