Otra sentencia contra un político
Ankara, .- La condena de cárcel e inhabilitación política del alcalde de Estambul, el socialdemócrata Ekrem Imamoglu, ha sido denunciada como un nuevo uso de la justicia para favorecer al presidente Recep Tayyip Erdogan ante las elecciones de 2023, que podrían acabar con sus dos décadas en el poder.
Imamoglu es visto como uno de los candidatos que pueden desafiar la hegemonía política de Erdogan y de su partido, el islamista AKP, desde que en 2019 les arrebató la Alcaldía de Estambul en unas elecciones que fueron impugnadas y tuvieron que ser repetidas.
Todas las encuestas indican que vencería a Erdogan en las elecciones presidenciales de junio de 2023 si finalmente fuera nominado como candidato común de buena parte de la oposición a Erdogan, que incluye a socialdemócratas, nacionalistas moderados e incluso fundadores del AKP, ahora enfrentados a Erdogan.
UN GOLPE DE PALACIO
Kemal Kiliçdaroglu, el líder del socialdemócrata CHP, ha denunciado que la sentencia contra su compañero de partido es «un golpe del Palacio (presidencial) dado en los tribunales».
Baris Pehlivan, periodista del diario Cumhuriyet, ha publicado hoy fotos en las que se ve al juez que dictó la sentencia compartiendo mesa con miembros del AKP de Erdogan.
Kiliçdaroglu ha recordado que el caso de Imamoglu no es único.
Selahattin Demirtas, ex líder del partido izquierdista HDP, fue encarcelado en 2016 y estuvo años esperando sentencia. Desde entonces ha sido condenado por terrorismo y amenazas, entre otros cargos, y tiene varias causas pendientes. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) ha considerado contrario al derecho el encarcelamiento preventivo de Demirtas o del empresario y filántropo Osman Kavala, pero Turquía se ha negado a aplicar los veredictos de esa corte internacional.
«La Justicia decide según las instrucciones del Palacio. Esto es un golpe a la voluntad nacional», ha denunciado Kilicdaroglu.
JUCICIA «ANORMAL»
Aunque la ley prevé que Imamoglu pueda seguir en el cargo mientras que la sentencia no sea ratificada en una corte de apelación e incluso en el Tribunal Supremo, hay expertos que temen que el alcalde sea depuesto y encarcelado antes.
«Nada sucede en Turquía dentro de la normalidad», advierte a Efe el jurista Ilhan Cihaner, que ha sido fiscal y diputado por el CHP.
«Kavala y Demirtas siguen en prisión pese a decisiones judiciales para liberarlos. Y muchos alcaldes kurdos han sido depuestos y sustituidos por administradores (designados por el Gobierno) sin que mediara decisión judicial», denuncia. Hay más casos. Canan Kaftancioglu, dirigente en Estambul del CHP, fue condenada en 2019 a nueve años y ocho meses de cárcel por difamar a Erdogan en Twitter.
De hecho, las condenas por insultos al presidente se han multiplicado en los últimos años.
Cihaner teme que el proceso de apelación, que normalmente duraría hasta 18 meses, sea acelerado para que haya una sentencia firme que impida a Imamoglu presentarse a las elecciones. Desde los comicios locales de 2019, un total de 48 alcaldes electos del HDP, que representa a la minoría kurda de Turquía, han sido destituidos y encarcelados, en una decisión que esta formación califica de «política».
«Es un intento de diseñar la política democrática con decisiones judiciales controladas. Y el Palacio apunta ahora a la Alcaldía de Estambul», asegura a Efe el vicepresidente del grupo parlamentario del HDP, Saruhan Oluç. Las denuncias de politización de la justicia llegan también desde cofundadores del AKP, que fueron parte del círculo más cercano a Erdogan, y que han ido abandonando el partido ante lo que consideran una deriva autoritaria del presidente.
Abdullah Gül, que fue presidente y primer ministro, y Bülent Arinç, ex presidente del Parlamento, han calificado de injusticia y de decepción la sentencia contra el alcalde de Estambul.
UN CANDIDATO FUERTE
«Mientras no se rectifique este error, las consecuencias políticas de la decisión sólo allanarán el camino para construir un candidato fuerte contra el AKP», ha dicho Arinç.
Aunque algunos analistas ven claro que la sentencia busca apartar de la contienda política a un peligroso rival de Erdogan, también se interpreta que puede reforzar no sólo la figura de Imamoglu como símbolo de la oposición, sino en general provocar que más turcos apoyen a cualquier candidato que se enfrente al presidente.
«Erdogan no puede ganar. Nosotros, la oposición, podemos perder», dijo ayer el propio alcalde, haciendo un llamamiento a la unidad y a no cometer errores de cara a las elecciones de junio de 2023.
Dogan Tilic