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La repoblación de la colonia española de Santo Domingo en el Siglo XVIII

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La repoblación de la colonia Española de Santo Domingo en el Siglo XVIII

La repoblación de la colonia Española de Santo Domingo en el Siglo XVIII

Por Gil Carpio 

Santo Domingo. La isla de La Española había sufrido una drástica disminución de su población entre las últimas décadas del siglo XVI y principios del siglo XVII a causa, principalmente del fracaso de la industria azucarera que había florecido entre 1517 y 1580, provocando que muchas familias se marcharan a otros puntos del Caribe como Puerto Rico y Cuba, o a tierra firme como México, Perú y Venezuela, agudizándose aún más luego de las Devastaciones de 1605 y 1606 ejecutadas por el gobernador Osorio. Ya hemos dicho en otra publicación, que otros factores muy importantes en la decadencia demográfica de la isla lo fueron las epidemias que atacaron en el último tercio del siglo XVI, y el hecho de que Santo Domingo dejó de ser el puerto de escala de las flotas que llegaban o se dirigían hacia España desde México y los demás puntos de América, ocupando su lugar el puerto de la Habana, con lo cual no solo la afectó desde el punto de vista económico, sino que para los habitantes de esta colonia fue un golpe moral muy fuerte, pero también dejó de ser atractivo para los que venían de la metrópoli a América y los que estando ya de este lado del Atlántico, hacían actividades comerciales con la isla.

La repoblación de la colonia Española de Santo Domingo en el Siglo XVIII
La repoblación de la colonia Española de Santo Domingo en el Siglo XVIII

El censo realizado por el gobernador Antonio de Osorio en 1606 arroja como resultado una población de 15,500 personas, entre blancos (que no llegaban a 6,000), negros y mulatos (entre 9,000 a 10,000); de los negros y mulatos había esclavos y libertos. Esas 15,500 almas estaban diseminadas en 10 localidades. En el transcurso del siglo XVII, la población fue disminuyendo aún más, debido al estado general de miseria que vivíamos, pues quien encontraba algún medio se marchaba de la isla, pero también se debió a las epidemias de viruela, al  igual que en la centuria anterior; que aunque algunos historiadores dicen que las epidemias mataban a los negros principalmente, la realidad es que la gran mayoría de lo que teníamos de población era de negros y mulatos, los blancos eran una minoría, por eso debió haber sido, pues las mismas debían atacar por igual a negros y blancos. Dice Manuel Vicente Hernández González que en 1681 había en la parte Este de La Española 6,312 personas de confesión, de las cuales 2,474 eran españolas, 2,325 esclavos, 1,479 pardos y mulatos libres y 43 indios, 2,977 de ellas vivían en la capital, 1,677 de esas eran blancas, de los que 700 eran varones y 977 mujeres. Los pardos ascendían a 377 y los esclavos a 1,300. Años después se produjo en la Corona un cambio en la estrategia para repoblar las zonas abandonadas.

Para modificar esa política española hacia la isla de Santo Domingo, se combinaron varios factores; por un lado la necesidad de reactivar el comercio con los territorios españoles de América, para lo cual era necesaria la reactivación económica de estos territorios, y para eso había que repoblarlos. La mejor forma de hacerlo era trayendo familias canarias, ya que las isla Canarias estaban sobrepobladas para esa época; otro factor que influyó en el ya mencionado cambio en la política demográfica lo fue la ocupación con facilidad de la casi deshabitada isla de Jamaica por parte de Inglaterra, que, aunque salieron derrotados de La Española, tuvieron a punto de ocuparla en 1655.

La repoblación de la colonia Española de Santo Domingo en el Siglo XVIII

Por la explosión demográfica de las islas Canarias, en 1670 se iniciaron gestiones desde el cabildo de Tenerife para que enviaran a Santo Domingo 100 familias cada 10 años, a las que se le debía dar repartimiento de tierras. En 1669 el cabildo de Santo Domingo y su arzobispo habían insistido en la necesidad de repoblar el Norte de la isla con esas familias. Para el traslado de las familias hacia Santo Domingo, se ofrecieron ayudas de vecinos y del ayuntamiento de Tenerife. Por Cédula Real de 1678, los comerciantes quedaban exentos de pagar la alcabala y la avaria (aranceles aduanales), si transportaban 5 familias de 5 miembros cada una, por cada 100 toneladas. Para 1691 habían llegado al puerto de Santo Domingo 8 buques, aunque no se conoce el número de familias que llegaron en esos buques, pero seguro que llegaron en cantidades importantes, unidas a las 97 familias llegadas en 1684 que fueron transportadas en el buque del comerciante sevillano Ignacio Pérez Cano, quien a cambio de privilegios siguió transportando hacia Santo Domingo, entre 1689 y 1691 en los cuales se contabilizan unas 200 familias. Entre 1698 y 1700 llegaron unas 300 personas. Dice Manuel Vicente Hernández González en capítulo sobre Migraciones y Cambios Demográficos. Consolidación de Un Pueblo, que hay mucha confusión sobre las cifras que se dieron entre 1700 y 1702, pues aparecen 2 naos (buques) de Canarias que llevaban migrantes a Santo Domingo. En 1709 llegan dos embarcaciones con 225 personas. La política de repoblación coincide con la asunción al trono de España de los Borbón, con Felipe V al despuntar el siglo XVIII, quien gobernó España hasta su muerte en 1746, con una breve interrupción de menos de un año. Como sabemos, este monarca era nieto del rey Luis XIV de Francia, lo cual explica ese prolongado período de paz entre España y Francia, el cual coincide con la explotación agrícola intensiva de la parte Oeste de la isla en la que se crearon riquezas extraordinarias, lo que iba a ser aprovechado por los habitantes de la parte Este para venderle al Oeste cueros de reses, carne de res, caballos mulos, tabaco, etc., productos que abundaban en la colonia española de Santo Domingo.

En años sucesivos hasta 1735 siguieron llegando buques canarios con inmigrantes a Santo Domingo, fecha a partir de la cual se incrementaron los esfuerzos de la Corona para la repoblación, haciéndose cargo de una parte importante de los costos de su traslado e instalación hasta 1764, en que finaliza la política migratoria de subvención para la repoblación, no obstante, siguieron llegando a la colonia española de Santo Domingo, más inmigrantes españoles, especialmente canarios. Los datos sobre el número de inmigrantes a Santo Domingo desde las Canarias no están claros, pues en unos casos se habla de unas 4,000 personas; sin embargo, con toda probabilidad que ese número debe ser mayor, debido al incremento de los viajes de las embarcaciones canarias y la cantidad de viajeros que llegaban al puerto de Santo Domingo, sobre todo en los años centrales de ese siglo. Esto así por la cantidad de noticias documentadas, recogidas en Canarias, que dan cuenta de las numerosas embarcaciones y familias que salieron hacia Santo Domingo, dando nombres de los buques en los que se transportaron y los lugares de donde salieron.

Para el año 1740 la población de la colonia española había aumentado considerablemente, especialmente por la cantidad de inmigrantes canarios, calculándose en unas 26,300 almas. En la ciudad de Santo Domingo residían 9,200, de las cuales, 822 eran de San Carlos; pero para 1769 era de 63,069 personas, de las que 16,367 residían en la capital. Para 1782 la cifra de habitantes en la colonia ascendería a 119,600 personas.

Con las primeras familias canarias que llegaron a Santo Domingo entre 1683 y 1684 se fundaron las villas de Bánica, en la frontera, y San Carlos de Tenerife, al norte de la muralla de la ciudad de Santo Domingo. Luego, en la medida en que iban llegando las embarcaciones con las familias canarias, los iban destinando a comunidades ya establecidas, pero con pocos habitantes o se fundaban nuevas. Aunque Samaná ya había sido un punto de desembarco y asentamiento tradicional de franceses desde el siglo XVI, no fue sino en 1756 cuando llegaron las primeras 60 familias canarias, como consecuencia de la política de repoblación de la Corona española; de igual modo, en Baní, para 1760, residían 102 familias, pero fue en 1764 cuando fue construida la parroquia Nuestra Señora de Regla y en torno a ella otras edificaciones de la comunidad. Para ese mismo año, el gobernador de la colonia, Manuel de Azlor había asentado unas 39 familias en la boca del río Haina. Antes, en 1703 se había refundado en la antigua Lares de Guaba, en la frontera, la comunidad de Hincha, la cual recibió nuevas familias de inmigrantes canarios en el año 1730, y aprovechando las riquezas de la explotación agrícola de la colonia francesa de Saint Domingue, tuvo un rápido crecimiento demográfico y ya para 1760 contaba con 3,092 habitantes. En esa década de 1760 fueron fundadas también, por el capitán general y gobernador de la colonia Manuel de Azlor con inmigrantes canarios y con antiguos pobladores del lugar, San Rafael de Angostura, Las Caobas y San Miguel de la Atalaya; estas comunidades fueron recibiendo más inmigrantes, atraídos por el auge económico que generaba el intercambio comercial con la colonia francesa. El aumento de la riqueza de sus habitantes era tal, que ya no requerían la ayuda de la Corona para traer a sus familiares. José Guzmán, un próspero comerciante de San Miguel de la Atalaya, costeó el asentamiento de 40 familias proveyéndole casas y tierras. Hoy, Hincha, San Rafael de Angostura, Las Caobas y San Miguel de la Atalaya son territorio haitiano.

En 1733 fue refundada San Juan de la Maguana, que para el 1777, según el censo de ese año, tenía 1,851 habitantes, de los cuales 618 eran esclavos. San Juan de la Maguana había sido fundada a principios del siglo XVI, pero había sido abandonada. En 1735 fue fundada Neiba con familias procedentes de Azua, aunque es muy probable que esas personas hayan llegado de Canarias, las asentaran en Azua y luego fueran llevadas a Neiba. Para el año 1760 Neiba tenía 104 familias que hacían un total de 693 personas y en 1782 su población ya estaba en 1,427 personas. En 1751 fue refundado el pueblo de Monte Cristi con 225 familias por el gobernador Francisco Rubio y Peñaranda. Fue declarado puerto libre por la Corona española por 10 años. En 1755 llegaron otras 123 familias; pero todavía 10 años más tarde seguían llegando familias canarias atraídas por el auge de la economía en la zona fronteriza con la colonia francesa de Saint Domingue, desarrollándose como un importante centro mercantil, que por su ubicación geográfica resultó un punto importante para la colonia inglesa de Norte América y para la colonia francesa de Saint Domingue. Ese nutrido comercio permitió que muchos extranjeros introdujeran esclavos y se establecieran en nuestro territorio. Para el año 1783 albergaba una población de 1,646 personas. En 1740 es repoblada la comarca de Dajabón con 61 familias canarias, para convertirse en un centro ganadero que sirvió de abasto a la colonia francesa. En 1783 su población era de 182 familias, lo que ascendía a un total de 1,468 personas.

A Santiago de los Caballeros llegaron en 1684 109 familias canarias seguidas por otras que fueron llegando entre 1690 y 1695. Para 1740 ya contaba con 1,300 vecinos (1 vecino equivale a 1 familia de por lo menos 5 miembros). Se estima que para 1764 Santiago contaba con más de 8,000 feligreses y en 1782 en más de 12,000; aunque hay autores como el sacerdote criollo Antonio Sánchez Valverde que estiman en 26,000 almas las que habitaban en esa demarcación para ese año. No sé de dónde saca Sánchez Valverde el dato, pero fue en esa época que vivió el cura y es muy posible que haya visitado esa ciudad. En 1690 habitaban en La Vega 747 personas, pero ya para 1740 la población había aumentado a 3,000. Según Sánchez Valverde, para 1780 La Vega tenía unos 8,000 habitantes. Para 1783, Moca y San Francisco de Macorís contaban con una población de 2,000 habitantes cada una. Puerto Plata comenzó a repoblarse en 1737, llegando a su costa 94 personas, pues de las 117 familias que componían el asentamiento, 62 personas murieron y 21 fueron declaradas fugitivas. Del segundo asentamiento, murieron 44, uno fue declarado fugitivo y quedaron 77. En el 1740, el poblado constaba de 100 vecinos; y para 1767 llegaron las últimas familias canarias remitidas por el capitán general y gobernador de la colonia, Manuel de Azlor. En 1783 la población de Puerto Plata ascendía a 1,804 personas. En 1760 llegaron a Sabana de la Mar 40 familias canarias; en 1783 su población era de 151 personas.

En el Este de la colonia, para 1740 en Monte Plata había 220 personas, casi todas negras y mulatas; en Boyá habitaban 65 indios y 11 esclavos. Bayaguana recibió en 1740 unas 360 personas procedentes de la capital, pero de origen canario. En 1782 la cifra ascendía a 679 personas, pero según Antonio Sánchez Valverde, eran más de mil las almas que habitaban esa demarcación. En Higüey, su población en 1740 era de 319 personas; para 1740 eran 435 y en 1782 ascendía a 600 personas, de las cuales solo 70 personas vivían en la zona urbana. Recibió inmigrantes canarios en varias ocasiones, hasta 1767 en que el gobernador Azlor asentó las últimas familias. El Seibo contaba para 1740 con 1,113 feligreses, la mayoría compuesta por negros y mulatos. De acuerdo a Sánchez Valverde, para 1782 la cifra superaba los 4,000 habitantes.

Según Fray Cipriano de Utrera en las notas sobre Idea del Valor de la Isla Española de Sánchez Valverde, que  de 1720 a 1764 llegaron a Santo Domingo 400 embarcaciones con 483 familias canarias, todas de 5 individuos, salvo 20  familias que pasaron de dicho número. A esos números hay que agregar los cientos de esclavos que fueron traídos a trabajar en los ingenios azucareros que se reactivaron con el crecimiento de la economía en la segunda mitad del siglo XVIII. Además de la política migratoria de la Corona hacia la colonia española de Santo Domingo, con el dinamismo económico que experimentó Santo Domingo en la segunda mitad del siglo XVIII, provocado fundamentalmente por el intercambio comercial con la colonia francesa de Saint Domingue, la población de la colonia española de Santo Domingo había aumentado considerablemente, calculándose para 1782 en más de 100,000 habitantes, según cifras documentadas de las autoridades. Se inició además, el desarrollo de las exportaciones a otras islas del Caribe de carne, víveres, cacao, tabaco, maderas, frutas y otros productos que sin dudas atraía a inmigrantes de otras latitudes, los cuales se asentaban en localidades como Puerto Plata, Samaná, Monte Cristi, Santiago y Santo Domingo, matrimoniándose con mujeres dominicanas, contribuyendo, aunque en términos relativos, a mejorar la demografía de la parte Este de la isla. Dice Juan Bosch en el libro Composición Social Dominicana que, debe haber sido en el siglo XVIII cuando llegó a Santo Domingo el mayor número de las familias judías holandesas de ancestro portugués y español que se habían establecido en el siglo anterior en Curazao y acabaron siendo dominicanas.

El extraordinario crecimiento experimentado por nuestra demografía en el siglo XVIII, especialmente en las décadas centrales del mismo, por las causas ya mencionadas, sufriría un gran revés como consecuencia del inicio de la Revolución Haitiana, la cual a su vez era una consecuencia directa de la Revolución Francesa, que tuvo profundas repercusiones en España cuando fue decapitado el rey francés Luis XVI. En 1793 estalla la guerra entre Francia y España y no es sino en 1795 cuando le ponen término con la firma del Tratado de Basilea, mediante el cual, entre otras cosas, España cede a Francia la parte Este de la isla de La Española. Con la retirada hacia otros territorios españoles en el Caribe del tren burocrático español, se reinicia el proceso migratorio hacia Cuba y Puerto Rico de familias muy ligadas a esas autoridades. Como sabemos, la Revolución Haitiana  duró unos 14 años, desde que se inicia la agitación en la parte Oeste entre blancos y affranchis por la representación de la colonia en la asamblea de París y culminando con la proclamación de la independencia de Haití el 1ro de enero de 1804. En esos 14 años de luchas, en la parte Oeste de la isla de Santo Domingo habían perdido la vida decenas de miles de personas y había desaparecido casi todo vestigio de la producción y riqueza que se había creado en la colonia francesa de Saint Domingue. La parte Este de La Española, luego de la firma del Tratado de Basilea no sería ocupada por Francia en lo inmediato, sino por Toussaint Louverture en enero de 1801, lo que aumentó en gran número las familias que emigraron hacia Cuba, Puerto Rico, Venezuela y México. A partir de ese momento nuestro pueblo entraría en un proceso de cambios, arrasado por los acontecimientos desatados en Europa y reflejados en nuestra isla por la Revolución Haitiana, del cual saldría muy agotado y a punto de desfallecer.

 

Gil Carpio Guerrero

2/12/2022

 

Fuentes bibliográficas:

-Juan Bosch, Composición Social Dominicana

-Antonio Sánchez Valverde, Idea del Valor de la Isla Española

-Manuel Vicente Hernández González, Historia General del Pueblo Dominicano, Tomo II

 

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