En una rueda de prensa celebrada en Varsovia, Moskwa afirmó que «la finalización del contrato» era «un paso lógico tras la interrupción del suministro (de gas) a Polonia, lo que supuso un incumplimiento de dicho contrato», y precisó que esa medida «no afecta al flujo de gas desde Alemania a Polonia a través del gasoducto operado por una empresa polaca».
En 1993, Moscú y Varsovia firmaron un acuerdo para construir el gasoducto Yamal y el contrato para su mantenimiento y operación se reformó por última vez en 2010.
Según explicó la ministra, «con el paso de los años, el control del operador polaco sobre el oleoducto se incrementó sucesivamente» y «en 2022 se adoptó una ley que estipula que el operador tiene derecho a utilizar en exclusiva esta red. El operador puede dictar las condiciones de su uso», concluyó.
Apoyándose en esa ley, Polonia denuncia ahora el contrato y será la empresa estatal polaca Gaz-System quien controle en exclusiva el funcionamiento del gasoducto en el tramo polaco, que es propiedad conjunta de Gazprom y la empresa polaca PGNiG.
Piotr Naimski, ministro de Seguridad Energética, dijo este lunes en una entrevista en la radio pública polaca que «el gasoducto se podrá utilizar para traer gas desde Alemania (a Polonia)».
Para hacer frente al corte de gas ruso, Polonia incrementó las importaciones desde Alemania a través del gasoducto Yamal mediante bombeo inverso.
Según Gazprom, Polonia continúa comprando gas ruso indirectamente, a través de Alemania, y el volumen de las importaciones polacas de gas a ese país equivalen a la cantidad de gas que Polonia recibía de su parte antes del corte ruso.
El gasoducto transnacional Yamal-Europa atraviesa el territorio de cuatro países: Rusia, Bielorrusia, Polonia y Alemania y la empresa polaca EuRoPol GAZ es la propietaria del tramo polaco del gasoducto Yamal-Europa, que tiene capacidad para transportar 32.900 millones de metros cúbicos de gas al año.
Gazprom dejó de exportar gas a Polonia y Bulgaria a finales de abril, por negarse ambos países a pagar los suministros en rublos, tal y como exigió el presidente ruso, Vladímir Putin, en un decreto del 31 de marzo.
