Colombo,- Ante la escasez de medicinas esenciales en Sri Lanka, entre ellas algunas «críticas» para tratar enfermedades cardiacas o vacunas contra la rabia, el Gobierno pidió este miércoles la ayuda de la oposición en medio de la grave crisis económica que atraviesa el país.
«Nuestra División de Suministros Médicos es incapaz de proveer incluso dos artículos vitales de las catorce medicinas esenciales que necesitamos actualmente. Se trata de los medicamentos para tratar enfermedades cardiacas o la vacuna contra la rabia, que no tiene un tratamiento alternativo», dijo el primer ministro, Ranil Wickremesinghe, el pasado lunes en un discurso a la nación.
El mandatario, recién nombrado después de que las manifestaciones desatadas por la crisis y unas protestas que dejaron nueve muertos motivasen la dimisión de su predecesor, reiteró este miércoles su mensaje ante el Parlamento.
Wickremesinghe pidió ayuda para conseguir los medicamentos esenciales al líder opositor y dirigente del Samagi Jana Balawegaya (SJB), Sajith Premadasa, cuyo partido cuenta desde 2020 con un programa llamado «Husma» para recaudar fondos y proveer medicinas a hospitales locales.
«Estando en la oposición, dudo que tengamos los fondos para todo el país, pero intentaremos en la medida de lo posible proveer todos los medicamentos», dijo Premadasa en el Parlamento.
La escasez de medicinas, impulsada por las dificultades del Gobierno esrilanqués para importarlas debido a la crisis de divisas, ha llevado a algunos hospitales de la nación isleña a suspender cirugías de rutina debido a la falta de anestésicos.
Pacientes aquejados de diabetes llevan un mes luchando por encontrar medicamentos. Amila Ranaweera, de 61 años y residente en Colombo, espera la llamada de su farmacéutico local cuando lleguen las nuevas medicinas.
«Hasta entonces, tengo que tener mucho cuidado», dijo Ranaweera a Efe.
Sri Lanka vive la peor crisis económica desde su independencia del Imperio británico en 1948, y desde hace meses sufre la escasez de medicamentos, alimentos y combustible, una situación que se agravó por la falta de divisas internacionales para importar.
La falta de combustible ha provocado además largas colas en las gasolineras y cortes de electricidad de hasta trece horas de duración.
La crisis económica desencadenó además una crisis política, con miles de manifestantes solicitando la dimisión en bloque del Gobierno por supuesta incompetencia y corrupción.
El presidente, Gotabaya Rajapaksa, se mantiene en el cargo, aunque hace una semana su hermano y entonces primer ministro, Mahinda Rajapaksa, dimitió tras choques durante las protestas con nueve muertos y cientos de heridos.
Las autoridades tratan de negociar con el Fondo Monetario Internacional (FMI) un posible rescate financiero tras suspender temporalmente en abril el pago de su deuda exterior.
