Es una «trágica ironía» que mientras todo el mundo observa los acontecimientos en Afganistán, Grecia y la UE están a punto de inaugurar un nuevo campo similar a una cárcel en la isla de Samos, señaló Konstantinos Psykakos, coordinador de MSF en Grecia en un comunicado.
«Esta es la mejor demostración de la crueldad de las políticas migratorias de la UE», añadió Psykakakos sobre este campo, construido con fondos de la Unión Europea, que se inaugurará el próximo día 18 y será el primero del nuevo esquema del Gobierno conservador heleno para albergar a los refugiados en las islas del Egeo.
El ministro de Migración, Notis Mitarakis, ha defendido repetidamente la construcción de este tipo de estructuras cerradas y ha asegurado que «ofrecen condiciones de vida dignas para todos», a la vez que aumentan considerablemente las medidas de seguridad tanto para los beneficiarios y los empleados como para las comunidades locales.
Según Mitarakis, gracias a la política que aplica el Gobierno, centrada en el control de las fronteras, las llegadas a las islas del Egeo de migrantes se han reducido un 97 % en los últimos doce meses y se han descongestionado completamente los campos en las islas, donde actualmente viven en total 5.000 solicitantes de asilo frente a los casi 40.000 que llegó a haber a comienzos de 2020.
Médicos sin Fronteras instó en su comunicado a la UE y Grecia a que implementen políticas que se centren en proteger y ayudar a los refugiados y solicitantes de asilo en lugar de formas de disuadir, detener y deportar a quienes buscan seguridad en Europa.
Para esto, señaló MSF, es imprescindible dejar de construir centros para encerrar a las personas en cárceles y fomentar políticas de recepción humanas y dignas.
«Todos los centros en las islas griegas deben tener como único propósito la prestación de asistencia urgente y la facilitación de la reubicación de los solicitantes de asilo recién llegados a estructuras de recepción seguras en toda Europa», recalcó.
