Bangkok.- Las autoridades de Tailandia anunciaron este lunes una ampliación hasta el 31 de octubre del estado de alarma decretado para combatir la COVID-19 pese a los escasos contagios en el país y en medio de una ola de protestas estudiantiles contra el Gobierno.
Se trata de la sexta prórroga de la medida anunciada desde el inicio de la pandemia por el Centro para la Administración de la Situación de la COVID-19 (CCSA), que incluye a una serie de expertos y gobernantes, entre ellos el primer ministro, Prayut Chan-ocha, y el ministro de Sanidad, Anuntin Charnvirakul.
La ampliación deber ser aprobada el martes por el Gobierno, que en el pasado ha justificado las extensiones alegando que les permite mantener los controles sobre las personas que llegan del extranjero.
El CCSA informó hoy de 22 nuevos casos importados de pacientes que se encuentran en cuarentena, lo que eleva el número total hasta 3.545, de los que 117 están activos, mientras que el número de fallecidos se mantiene en 59.
Tailandia, el primer país con casos de la COVID-19 fuera de China, cumplió el pasado 2 de septiembre 100 días sin detectar ningún contagio local, pero la racha se rompió al día siguiente con la detección del virus en un preso que acababa de entrar en la cárcel y no había viajado al extranjero.
Desde entonces, las autoridades no han vuelto a detectar ningún contagio local, aunque algunos tailandeses han dado positivo de la COVID-19 al llegar a Japón.
En cualquier caso, Tailandia ha mantenido bajo control la epidemia sin haber decretado un confinamiento estricto, aunque en los primeros meses limitó el movimiento y la actividad económica y aún mantiene un control estricto en sus fronteras.
Las autoridades preparan un plan para permitir la entrada limitada de turistas extranjeros en octubre, aunque tendrán que cumplir una cuarentena vigilada de 14 días en hoteles seleccionados.
El turismo es uno de los motores de la economía tailandesa, que este año podría caer un 8,1 por ciento, según el pronóstico del Banco de Tailandia.
A los desafíos económicos se suman las protestas lideradas por los estudiantes, que piden reformas para reducir el poder de los militares y la monarquía y que han ido ganando apoyo en los últimos meses hasta reunir a decenas de miles de personas el pasado 20 de septiembre.
