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jueves , 25 abril , 2024

Berta Rojas ofrece su música como «un bálsamo en tiempos de mucho dolor»

Asunción.- La guitarrista paraguaya Berta Rojas todavía se sorprende al recordar que 60.000 personas siguieron en línea su primera «home session» de guitarra clásica, una experiencia que repetirá este sábado con la intención de que su música actúe como «una especie de bálsamo en tiempos de mucho dolor».

«El arte ha sabido crear un espacio de paz, un espacio de que todo está bien, donde hay armonía, donde hay una búsqueda de la belleza y donde, por un instante, nos olvidamos de todo lo malo que nos rodea y nos encontramos con otro espacio, con un espacio de creatividad, de cercanía, de solidaridad, de encuentro…», comentó la guitarrista en una videoentrevista con Efe.

Desde su casa de Boston, Rojas ultima los detalles para crear ese espacio de paz del que habla, esta vez con un concierto virtual dedicado al guitarrista paraguayo Agustín Pío Barrios «Mangoré», al que se siente vinculada por oficio y nacionalidad.

«Siento mucho la historia de ese bohemio latinoamericano que fue Mangoré, que fue un pionero de la guitarra clásica. En los años en los que él comenzaba a viajar y a componer, para la guitarra clásica esto era una cosa casi desconocida», apuntó.

Aunque el acercamiento a estos conciertos virtuales supuso en un primer momento el desafío de «abrirse a un formato completamente desacostumbrado», Rojas supo valorar las oportunidades que ofrece para rodearse en la distancia con músicos de otros países.

En esta segunda «home session» estará acompañada por el clarinetista cubano Paquito D’Rivera, que se conectará desde Nueva York, por Milagros Caliva, con el bandoneón desde Buenos Aires, y por Marcelo Enrique Barrios, bisnieto del guitarrista, para dar «ingreso al mundo de Mangoré desde su sangre».

HISTORIA MIL VECES REPETIDA

Al hablar de su compatriota y predecesor en la guitarra, Rojas destacó la «vocación inquebrantable» de un hombre que recorrió América Latina con su música sin que el éxito le correspondiera siempre.

«Creo que esa historia de Agustín Barrios, que sale del país sin encontrar reconocimiento, es una historia mil veces repetida y nunca cambiada hasta ahora», lamentó la guitarrista al hablar de otros músicos de su país.

Rojas reconoció que no deja de preguntarse qué pasaría con la música paraguaya si recibiera «los recursos que se merece»; una cuestión que se vuelve más persistente todavía cuando observa el talento de los artistas paraguayos.

La artista sabe de lo que habla e intuye cuál sería la respuesta porque lo ha podido comprobar a través de la iniciativa de creación musical a distancia «Jeporeka».

«Jeporeka significa búsqueda. Siempre me gusta darle nombres en guaraní a los proyectos que hago, un poco porque siento que no deberíamos perder ese idioma, símbolo de la identidad paraguaya, tan fuerte», explicó.

A través de este proyecto se seleccionó a diez compositores paraguayos de entre 35 y 23 años para escribir «micropiezas», que terminaron siendo piezas completas que ponen sonido a «la pandemia en la creatividad paraguaya».

Una mezcla de «todos los estilos que puedas imaginar», desde música contemporánea hasta blues o polka, con un resultado para el que Rojas no escatimó en adjetivos.

«Lo que se dio en Jeporeka ha sido realmente mágico», aseguró.

EL PLACER DE HACER MÚSICA SIN AGENDA

Antes de la pandemia, Rojas tenía cerrada una agenda estival llena de compromisos, conciertos y viajes que prometían un verano «con mucha actividad».

«Esa parada me permitió encontrarme con un lienzo en el que yo podía dibujar y pintar con mis colores en mis tiempos, y tomar distancia de ese lienzo para ver qué forma iba tomando. Esa posibilidad de poder elegir qué hacer, creo que ha sido un producto de esta pandemia», afirmó.

En estos meses de confinamiento, también ha vuelto a reafirmarse en que la música sale al encuentro de «una parte de la sensibilidad de la humanidad», muchas veces olvidada, y que alimenta «otras dimensiones del ser humano».

A pesar de la incertidumbre de la pandemia y de los cambios de planes, Rojas dijo sentirse «con mucha paz» y con el tiempo de hacer música «por elección».

Mientras espera subirse a un escenario, la guitarrista estudia la «música maravillosa» que el compositor brasileño Sérgio Assad le ha escrito para su próximo disco.

«Es un tema bastante olvidado, que es el del rol de la mujer compositora en el mundo de la guitarra y cómo las mujeres intérpretes también hicieron carreras muy destacadas a la par de grandes figuras, como Andrés Segovia, solamente que se habla muy poco de ellas», adelantó sobre su próximo proyecto.

Rojas encara este disco «sin ninguna prisa y con toda la calma», solo por «el placer de hacer música sin agenda».

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