Redacción Internacional-.Federación Rusa- Los presidentes de Rusia y Bielorrusia, Vladímir Putin y Alexandr Lukashenko, inauguraron hoy el monumento al soldado soviético en Rzhev, ubicado en la región de Tver, en honor a los combatientes del Ejército Rojo que detuvieron el avance de la Alemania nazi hacia Moscú.
“El significado de esta prolongada y sangrienta batalla para la victoria del pueblo soviético sobre el nazismo es inmenso. Demostró definitivamente al enemigo que era imposible retomar la ofensiva contra Moscú. Como es imposible quebrar y doblegar a las personas que se han levantado en defensa de la patria”, afirmó Putin.
El monumento, una estatua de un soldado de bronce de 25 metros de altura, se alza sobre una especie de túmulo a cuyos pies hay una estrella de cinco puntas, con la inscripción: “Caímos por la Patria, pero la salvamos”.
Los presidentes depositaron una ofrenda floral ante el monumento y conversaron brevemente con veteranos de la Segunda Guerra Mundial.
El mandatario ruso aseguró que es “imposible recordar sin dolor” las pérdidas que sufrió el Ejército Rojo durante las batallas en esta zona, ubicada a unos 150 kilómetros de la capital rusa, en la que murieron o desaparecieron 1,3 millones de soldados.
Para Putin, estas batallas sentaron las bases del “giro definitivo” de la Segunda Guerra Mundial, la recuperación de los territorios soviéticos y el avance del Ejército soviético hacia Occidente.
El presidente aseguró que este monumento “es un símbolo más de nuestra memoria común, un símbolo de nuestro reconocimiento ante la inmensa y abnegada hazaña del soldado héroe, el soldado libertador, el soldado vencedor. El soldado que salvó a Europa y a todo el mundo del nazismo”.
Por su parte, el mandatario bielorruso indicó que “la guerra es siempre sangre, horror y muerte”.
“Aquí ardió la tierra, se fundieron las piedras, se desmoronó el blindaje, pero no se rindió el soldado soviético, se lanzó al combate cuerpo a cuerpo contra el enemigo cuando se acabaron las municiones, se desangraba durante las heladas, se moría pero resistía”, declaró.
Antes de la inauguración del monumento, Putin se dirigió al pueblo ruso con un llamado a votar en el plebiscito constitucional que se celebrará este miércoles y del que depende que él pueda presentarse a la reelección en 2024, algo que le impide la actual Carta Magna.
Lukashenko también se encuentra enfrascado en la campaña de las elecciones presidenciales del próximo 9 de agosto, en el marco de la cual ha acusado a “ciertas fuerzas” en Rusia de interferir en el proceso electoral.
No obstante, durante su intervención trató de matizar sus declaraciones al referirse a la gesta de los pueblos que conformaron la Unión Soviética durante la Segunda Guerra Mundial, al señalar que la memoria histórica es “el hilo invisible” que une a las naciones exsoviéticas y ante todo a “los bielorrusos y los rusos
