Tegucigalpa.- Honduras atraviesa un panorama «sombrío» por la pandemia del coronavirus, que ha causado la suspensión temporal de unos 150.000 trabajadores, la paralización de la actividad económica y amenaza con destruir otros miles de empleos, principalmente en el sector informal.
A un mes de la emergencia por el COVID-19, el panorama es más «sombrío que alentador», dijo a EFE el economista del Foro Social de la Deuda Externa de Honduras (Fosdeh, privado) Ismael Zepeda.
La cuarentena y las medidas de distanciamiento social decretadas por el Gobierno han paralizado con distintas magnitudes la producción y la economía de Honduras, que pierde a diario 1.400 millones de lempiras (56,5 millones de dólares), enfatizó.
La actividad económica en Honduras, según el Fondo Monetario Internacional (FMI), se reducirá un 3 % por el impacto del coronavirus en sus cadenas de suministro y la demanda interna y externa, entre otros factores.
La paralización de la economía, según Zepeda, dejará «millonarias pérdidas» y provocará la caída de la demanda interna porque muchos trabajadores, sobre todo los informales, no tienen ingresos.
TRABAJO INFORMAL, EL GRAN RETO
Las consecuencias económicas de la restricción de movilidad o aglomeración de personas en vigor para contener el virus, golpeará especialmente a los trabajadores informales, añadió el economista.
«Durante el estado de excepción, muchas de las personas en vulnerabilidad laboral no pueden agenciarse de los recursos que los hace subsistir diariamente y automáticamente caen en condiciones de precariedad de consumo», subrayó.
Según un informe del Banco Mundial, en Honduras, país castigado también por unos elevados índices de desempleo, el 58 % de los empleados trabaja de manera informal.
El Sistema Nacional de Gestión de Riegos ha confirmado 419 casos de coronavirus en Honduras, 31 fallecidos y siete recuperados, por lo que las autoridades insisten en que la mejor forma de prevenir el coronavirus es quedarse en casa.
MECANISMOS EFECTIVOS
Zepeda destacó la necesidad de promover «mecanismos efectivos y eficientes» para revertir el impacto en menor tiempo, además de retomar el sistema de planificación a través de una secretaría técnica-operativa y hacer una reingeniería del sector público.
El Fosdeh también recomienda buscar un «replanteamiento» del acuerdo que Honduras firmó en 2019 con el FMI, de acuerdo a la crisis actual, así como las metas de gasto y recaudación tributaria.
Honduras, además, debe promover un «pacto fiscal» para alcanzar una «justicia fiscal», lo cual implicaría disminuir el Impuesto Sobre Venta, el gasto tributario y los privilegios fiscales, agregó.
También es necesario «renegociar» la deuda pública con organismos multilaterales, cuyos fondos deben destinarse a formalizar la economía informal.
EMPLEADOS SUSPENDIDOS
La situación generada por el coronavirus ha causado la suspensión temporal de al menos 150.000 trabajadores, dijo a Efe el director del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), Ricardo Matamoros.
Un 28 % de las empresas ha tenido que negociar la suspensión de sus empleados por la crisis; es decir, que el 11,14 % de los trabajadores en Honduras han sido suspendidos, señaló Matamoros al citar una encuesta recientemente de la UNAH.
La reducción de ingresos afectará principalmente a los trabajadores cuyos ingresos ya eran escasos y vivían en la línea de la pobreza, flagelo que en Honduras ronda el 60 %, añadió.
El sector informal, según Matamoros, será el «más golpeado» por la COVID-19, ya que está en una condición especial de vulnerabilidad porque no tienen acceso a créditos, viven y trabajan al «día a día» sin poder asegurarse una «reserva económica».
Para reducir el impacto, la UNAH propone mantener el empleo a través de subsidios y apoyo financiero a micro, pequeñas y medianas empresas.
También sugiere crear un esquema de «crédito con garantías flexible y tasas bajas, máxima de 6 % a sectores productivos».
PREOCUPACIÓN POR EL FUTURO
Muchos son los hondureños, principalmente los que trabajan en el sector informal, preocupados por los meses futuros.
Ese es el caso de Elías González, quien trabaja como chófer del transporte público, que permanece suspendido desde hace un mes como parte de las medidas oficiales para tratar de frenar el coronavirus.
«Necesito generar por los menos 5.000 lempiras (202 dólares) al mes sólo para los gastos de la casa», que incluyen electricidad, el cable y la comida, entre otros gastos normales de un hogar, agregó.
Al perder sus ingresos, González, de 30 años, dice que lo que más le «duele», es cuando sus hijos, de 1, 3 y 7 años, le piden comida.
«Es difícil que mis hijos me pidan comida y yo no tengo ni un lempira (moneda local) para comprar», relató González, quien desde hace tres días viene trabajando en desinfectar calles para frenar la epidemia, por lo que recibe unos 12 dólares al día.