Recife (Brasil).- Las autoridades de la ciudad brasileña de Recife bloquearon el acceso para bañistas y desde este jueves intensificaron el patrullaje en la playa de Boa Viagem, la principal y más turística de la capital del nororiental estado de Pernambuco.
Tras recomendar el cierre de comercios, la Alcaldía de Recife restringió esta semana el acceso a su principal playa, destino de un gran número de turistas argentinos y europeos que se ven atraídos por las aguas cálidas y el clima tropical de la región.
La administración municipal cerró los once parques, canchas deportivas y gimnasios al aire libre del paseo marítimo, además de prohibir la circulación de peatones y bicicletas en los andenes, que permanecían atiborrados en los últimos días a pesar de la interrupción del comercio y de algunas actividades por el COVID-19.
Así, las Policías Militarizada y Montada, la Guarda Metropolitana y el Cuerpo de Bomberos bloquearon con vallas y cintas la ciclovía que se extiende a lo largo de los siete kilómetros de la turística playa y prohibieron el estacionamiento de vehículos.
Con las restricciones impuestas por el Gobierno municipal para frenar el avance del COVID-19 en los próximos quince días, policías en motocicletas y caballos pasaron inusitadamente a recorrer las arenas de la ahora solitaria playa.
Sin embargo, a menos de un kilómetro, en la vecina favela de Brasilia Teimosa, una de las pocas barriadas en Brasil con playa, algunos bañistas desafiaban a las autoridades y entraban al mar.
Pernambuco es el noveno de los 27 estados con mayor número de casos positivos por el coronavirus, totalizando 555 de los 17.857 contagios reportados este jueves por el Ministerio de Salud, mientras que en número de muertes registra 56 de los 941 óbitos.
El último domingo, el Gobierno de Pernambuco, que administra territorialmente el archipiélago de Fernando de Noronha, suspendió la entrada de turistas a las 21 islas para evitar un colapso en el sistema de salud en caso de una propagación del coronavirus.
Las estrictas medidas de Recife ya habían sido tomadas en el país por algunas ciudades playeras del estado de Sao Paulo y Río de Janeiro, entre otras.
