Sao Paulo (Brasil),.- El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, dijo este jueves que espera que su país vuelva a la normalidad antes de «tres o cuatro meses», y abogó de nuevo por derribar las medidas de aislamiento social impuestas por estados y municipios para contener los casos, cada vez más numerosos, de nuevo coronavirus.
«Esperamos que las actividades vuelvan antes» de «tres o cuatro meses» porque, de lo contrario, la situación económica «se complicaría», afirmó el mandatario en su tradicional transmisión semanal en sus redes sociales.
El líder ultraderechista, de 65 años, deseó que «brevemente» puedan levantarse las cuarentenas vigentes en la mayoría de los 27 estados de Brasil, pese al rápido avance de la pandemia en el país, que deja ya 941 muertes y cerca de 18.000 casos confirmados.
«Por mí, quien tuviera menos de 40 años ya estaría trabajando sin ningún problema», indicó el jefe de Estado, quien ha menospreciado en múltiples ocasiones la crisis sanitaria e incluso calificó la COVID-19 de «gripecita» y «resfriadito».
El gobernante aseguró que ya hay algunos estados y municipios que están «retomando las actividades», ordenando la reapertura de los comercios, y dijo esperar que otros sigan el mismo camino a corto plazo.
El Ministerio de Salud brasileño, que defiende el confinamiento en las regiones más golpeadas por la enfermedad, pronosticó esta semana que el pico de contagios se producirá entre abril y mayo, y que el virus circulará al menos hasta septiembre.
Partidario de la vuelta inmediata al trabajo, Bolsonaro anunció además que recurrirá una decisión de la Corte Suprema que reforzó la autonomía de estados y municipios de Brasil para adoptar medidas restrictivas de circulación, sin que el Gobierno central pueda impedirlo.
En este sentido, el presidente brasileño recordó que las quejas de aquellos que se sientan perjudicados por las cuarentenas impuestas en esas regiones deben ir dirigidas «al respectivo gobernador o alcalde» y no a él.
«Si tiene algún problema con su estado, si piensa que la cuarentena o que las medidas le están perjudicando, el foro adecuado es el respectivo gobernador o respectivo alcalde», expresó.
Por otro lado, Bolsonaro volvió a insistir en la eficacia de la cloroquina para tratar a pacientes con COVID-19.
La cloroquina es un medicamento usado contra la malaria y otras enfermedades, cuya real eficacia aún no ha sido totalmente comprobada.
El jefe de Estado indicó que «cuatro laboratorios» de Brasil «tienen condiciones» para producir «millones de comprimidos por día» con ese medicamento, que él recomienda en todos los casos, mientras que el Ministerio de Salud solo lo aconseja para los más graves.
¿NUEVO RECADO A SU MINISTRO DE SALUD?
Durante su transmisión en Facebook, Bolsonaro dijo que «el médico no abandona al paciente, pero el paciente puede cambiar de médico».
«Uno tiene todo el derecho a cambiar de médico», añadió.
Esa frase fue interpretada como un mensaje velado al ministro de Salud de Brasil, Luiz Henrique Mandetta, quien acostumbra a decir en ruedas de prensa que «el médico nunca abandona al paciente» para reafirmar su compromiso de que seguirá al frente de la cartera ministerial.
La crisis del coronavirus ha generado tensiones en el seno del Gobierno, principalmente entre Bolsonaro y Mandetta, quien defiende las medidas de aislamiento social para contener la propagación del patógeno y al que el primero le atribuye falta de humildad.
La prensa local dio por hecha la destitución el pasado lunes de Mandetta, que ha adquirido una gran popularidad por su gestión durante este periodo, pero finalmente permaneció en el cargo.
En un pronunciamiento emitido la víspera en red nacional de radio y televisión, Bolsonaro exigió a sus ministros que estén «sintonizados» con él en la lucha contra el coronavirus.
Antes de su cita en redes sociales, Bolsonaro visitó una panadería en Brasilia y se fotografió con los vendedores del establecimiento y algunos seguidores.