Fuente: sputniknews.com. Un grupo internacional de científicos de la Universidad Nacional de Ciencia y Tecnología de Rusia (NUST MISIS), la Universidad Lomonósov de Moscú (MGU) y la Universidad de Carolina del Norte (Chapel Hill, EEUU) desarrollaron un complejo terapéutico basado en nanoestructuras poliméricas multilaminares de la enzima antioxidante superóxido dismutasa.
El producto final es una cápsula polimérica de estructura porosa capaz de dejar pasar adentro los radicales libres y neutralizar su acción como una trampa de uso múltiple. La nueva sustancia puede usarse para la rehabilitación eficaz después de traumas de la médula espinal, hemorragias cerebrales e infartos de miocardio. Los resultados de la investigación se han publicado en la revista Journal of Controlled Release. En caso de un golpe (trauma de la espina dorsal), la ruptura de un vaso sanguíneo (hemorragia cerebral) o una necrosis (infarto de miocardio), el cese del flujo sanguíneo en los próximos tejidos de un órgano debido a un espasmo de las arterias o su embolia causa la hipoxia (un proceso patológico que se caracteriza por la deficiencia de oxígeno en la sangre. Este factor bloquea el eslabón final de la cadena respiratoria en las células y causa la formación excesiva de los llamados radicales libres (especies activas del oxígeno). Por su lado, ejercen una influencia destructiva en membranas celulares y lanzan una cadena de reacciones que afectan y causan la muerte de las células y tejidos. Estas complicaciones afectan adicionalmente a la médula espinal y causan la muerte de las neuronas, lo que agrava la situación. Lea más: Tecnologías rusas para mejorar la calidad de vida de los latinoamericanos
La enzima antioxidante especial —superóxido dismutasa (SOD1)— neutraliza los radicales libres de modo eficaz. Un suministro rápido de esta sustancia al órgano afectado puede reducir el estrés oxidativo causado por una cantidad excesiva de radicales libres y parar la destrucción de tejidos. Mientras, una dificultad importante representa la inestabilidad de la enzima en el flujo sanguíneo en caso de su inyección intravenosa: se destruye rápidamente antes de neutralizar los radicales libres. Para crear un complejo terapéutico estable en base al SOD1 hemos desarrollado nanoespecies catalíticamente activas de superóxido dismutasa, las llamadas nanozimas», explica uno de los coautores del proyecto, jefe del laboratorio de nanomateriales biomédicos de la NUST MISIS Maxim Abakúmov. «En particular, somos los primeros en el mundo en obtener un complejo multilaminar poliónico SOD1 químicamente ajustado en que se introdujo por primera vez una cobertura superficial de un copolímero en bloque y ácido de poliglutamina con polietilenglicol (PEG)», agrega.