Voz de América – Redacción, Los admiradores del prisionero de derechos humanos más conocido de China, Liu Xiaobo, están de luto por su muerte, mientras que la política de derechos humanos de Beijing enfrenta nuevas críticas.
Decenas de activistas pro democracia se reunieron el jueves por la noche frente a la oficina de enlace con China en Washington, D.C., pocas horas después de que Liu, de 61 años, galardonado con el Premio Nobel de la Paz en 2010, falleciera tras una batalla contra el cáncer de hígado.
Los últimos días de Liu estuvieron marcados por una disputa pública sobre la calidad de su cuidado y la negativa de Beijing a una petición de la familia de fuera trasladado para tratamiento a Estados Unidos o Alemania.
Yang Jianli, un admirador de Liu dice que fue maltratado por el gobierno.
«Es una vergüenza. Pero esta vergüenza es en primer lugar del gobierno chino, no podemos dejar de preguntar ¿qué tipo de gobierno no permitiría que un hombre como él, un hombre tan pacífico y amable, muriera con dignidad? ¿Qué gobierno no permitiría un momento, un momento final para que él estuviera con su esposa, seres queridos, sin vigilancia «.
El hospital anunció el jueves que la esposa de Liu y sus familiares cercanos estaban con él cuando murió.
Los médicos alemanes y estadounidenses que vieron a Liu, días antes de su muerte, dicen que comunicó su deseo de salir de China para recibir tratamiento en otro lugar.
Sin embargo, las autoridades chinas sostuvieron que estaba demasiado enfermo para ser trasladado.
Liu es el primer Premio Nobel a morir bajo custodia estatal en más de seis décadas.
