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jueves , 25 abril , 2024

R Dominicana saluda «reconciliación histórica» acuerdo Colombia-FARC

Santo Domingo,  (EFE).- El Gobierno dominicano saludó y felicitó hoy la «reconciliación histórica» que ha significado el acuerdo de alto el fuego bilateral y definitivo entre el Gobierno de Colombia y las Fuerzas Armadas Revolucionarios de Colombia (FARC), alcanzado hoy en La Habana, Cuba, y al que asistió como testigo el presidente Danilo Medina, entre otros mandatarios de la región.

En un extenso comunicado, la Dirección General de Comunicación (Dicom), resaltó que el evento histórico retrató imágenes sinceras de una decisión compartida, un cese al fuego y un abandono de las armas, además de las palabras decididas del presidente Juan Manuel Santos, al decir que es momento de saber que la paz es posible y que hay que construirla, y del comandante en jefe de las FARC-EP, Timoleón Jiménez (Timochenko), al plantear que la paz los acerca como nunca.

El acto dejó establecido que si bien quedan temas pendientes, «estamos convencidos de que el futuro de Colombia es la paz», como coincidieron en precisar Juan Manuel Santos y Timoleón Jiménez.

Mientras, el presidente Juan Manuel Santos expresó, con evidente entusiasmo, que hoy era un gran día para los colombianos y que el logro del acuerdo de paz lo llenaba de esperanza, fe y confianza.

Se trató, precisó en su discurso, de una batalla librada desde los ochenta, en la que todos los gobiernos buscaban una avenencia de armonía para su pueblo, «pero ya hoy se pone un punto final, ya que se acordó un fin de las hostilidades».

Proclamó que los colombianos podrán vivir por fin sin guerra, en un país en paz, con el cese al fuego, lo que les permite cambiar la página para vivir en la paz verdadera y duradera que todos han anhelado.

«Nos llegó la hora de dejar la guerra; nos llegó la hora de ser un país en paz, ya en los últimos meses el cese al fuego nos había permitido imaginar cómo sería ese país en paz. El acuerdo de hoy nos garantiza que esa paz será definitiva y sólida», manifestó.

Dijo que este acuerdo significa terminar la guerra con la organización más grande y más antigua, por lo que tiene una inmensa importancia para el presente y futuro de Colombia.

«Habrá justicia para las víctimas de todos estos años de violencia», recalcó.

Declaró categóricamente que no habrá impunidad y que los máximos responsables de crímenes atroces serán juzgados y sancionados.

En su caso, el comandante en jefe de las FARC-EP, Jiménez explicó que aquello que se sellaba allí era una aproximación al acuerdo final «que pondrá fin al conflicto e iniciará la construcción una paz estable y duradera».

Indicó que desde el principio sostuvo que la firma del acuerdo era la mejor oportunidad para enrumbarse al progreso, sobre la base de que serán abiertas las compuertas de la democracia verdadera para que los movimientos sociales gocen de verdadera garantía.

Indicó que ciertamente tiene objetivos de lucha política, pero dentro de los parámetros de lo legal y lo institucional.

Refirió que una vez más las FARC están llamadas a jugar un papel esencial para la paz y la reconcialición de todos los colombianos.

El acuerdo establece, entre otros aspectos y según las lecturas hechas por los representantes de Cuba, Rodolfo Benítez y Dag Nylander, de Noruega, países garantes, que por cada zona las FARC designa un grupo de diez de sus integrantes, que pueden movilizarse a nivel municipal y departamental, en cumplimiento de tareas relacionadas con el acuerdo de paz.

Asimismo, para esos desplazamientos los miembros de las FARC cuentan con las medidas de seguridad acordadas por el Gobierno nacional. De igual modo, en los campamentos no podrá ingresar población civil en ningún momento, durante la vigencia de las zonas se suspenderán el porte y la tenencia de armas dentro de dichas zonas.

En caso de presentarse en una zona un hecho que requiera la presencia de la Policía Nacional o cualquier autoridad, se informará al organismo de monitoreo para que coordinen el ingreso de acuerdo con los protocolos consensuados por ambas partes.

También que sobre la incorporación a la vida civil de sus combatientes Las FARC-EP en coordinación con el Gobierno podrá realizar dentro de la zona todo tipo de capacitación de sus integrantes en labores productivas, de nivelación en educación básica, primaria, secundaria o técnica, de acuerdo con sus propios intereses, jornadas de cedulación, para la reincorporación y otras actividades necesarias para facilitar el tránsito a la legalidad.

En ese contexto, alrededor de cada zona se establece un área de seguridad, en las que no podrá haber unidades de las fuerzas públicas ni efectivos de las FARC-EP, con excepción de los equipos de monitoreo y verificación, acompañados de seguridad policial cuando las circunstancias así lo requieran. El ancho de esta área de seguridad será de un kilómetro alrededor de la zona.

Ambos seguirán unos protocolos de seguridad que permitirán, de manera integral, minimizar las amenazas que pueden vulnerar las personas y bienes comprometidos en el cese al fuego y el tratado de dejación de las armas.

Sobre la dejación de las armas, consiste en un procedimiento técnico, trazable y verificable mediante el cual las Naciones Unidas recibe la totalidad del armamento de las FARC-EP para destinarlo a la construcción de tres monumentos acordados entre el Gobierno y las FARC-EP.

La dejación de las armas se desarrollará en dos tiempos denominados «Control de armamentos» y «Dejación de las armas». En ese proceso se integran los procedimientos de registro, identificación, monitoreo y verificación de la tenencia, recolección, almacenamiento, extracción y disposición final.

Expresa el acuerdo que con la firma del acuerdo final, que según el presidente Santos tendrá lugar en Colombia, incluirá el transporte del armamento a las zonas, la destrucción del armamento inestable y la recolección y almacenamiento.

Expone el acuerdo que el mismo está dirigido a brindar protección y seguridad para todos los habitantes del territorio nacional, así como a los movimientos, las colectividades y las entidades de derechos humanos en los territorios, así como garantías para el ejercicio de la política a los movimientos y partidos políticos y muy particularmente a los que ejerzan la oposición que surjan de las FARC-EP y a quienes acudan al proceso de la reinserción a la vida civil política.

Incluye, igualmente medidas para el esclarecimiento del paramilitarismo.

Estos esfuerzos por conformar una zona de paz en nuestra región, como fue referido por el presidente Danilo Medina la mañana de hoy, al ofrecer declaraciones a los periodistas dominicanos antes de partir hacia La Habana, quedaron contenidos en la II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, celebrada los días 28 y 29 de enero de 2014, específicamente en la Declaración de La Habana.

De igual modo «nos comprometemos a seguir trabajando para consolidar a América Latina y el Caribe como Zona de Paz, en la cual las diferencias entre las naciones se resuelvan a través del diálogo y la negociación u otras formas de solución pacífica establecidas en el Derecho Internacional.EFE

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