El Paso (EE.UU.), (EFE).- El cantante mexicano Luis Miguel fue demandado en un tribunal de Texas por más de dos millones de dólares por un supuesto incumplimiento de contrato, según consta en documentos judiciales a los que hoy tuvo acceso Efe.
La demanda fue interpuesta por su exrepresentante William Brockhaus el 22 de septiembre de 2014 en la corte del condado de El Paso.
Sin embargo, el cantante sostiene que esa acción judicial no procede y solicitó la transferencia del caso a la jurisdicción federal por tratarse de un asunto entre residentes de dos estados diferentes, ya que él tiene domicilios en Florida y California, y Brockhaus vive en Texas.
La petición del artista, de 44 años, fue aprobada el pasado 9 de febrero, según los documentos.
De acuerdo con el escrito de la Corte Distrital número 34, obtenido por Efe, Brockhaus, residente en El Paso, demandó a Luis Miguel por 2,1 millones de dólares.
Según los datos del caso, Luis Miguel Gallego Basteri -nombre completo del artista- contrató los servicios de Brockhaus el 1 de julio de 2012 para que organizara sus giras.
El demandante asegura que su empleador se negó a cubrir sus honorarios, pese haberle rebajado en un 25 por ciento los costos de sus tours.
Brockhaus, además, exige a Luis Miguel un pago de 15.000 dólares por costas acumuladas durante el proceso.
Según los documentos, la corte ha enviado citatorios a Luis Miguel a dos direcciones distintas, una en Florida y otra en California, para que comparezca ante el tribunal de El Paso.
Brockhaus contrató los servicios de especialistas en entregar citas judiciales en Estados Unidos, pero no ha podido localizar al intérprete mexicano.
De acuerdo con la información publicada en su perfil de la red social laboral Linkedln, William Brockhaus es propietario de la empresa Liquid Capital West Texas.
Entre enero de 2011 y septiembre de 2014, el demandante fue propietario de WB Music Management, empresa encargada del manejo administrativo y legal del cantante Luis Miguel, según la información del citado sitio electrónico. EFE
