Madrid, (EFE).- El bailaor Rafael Amargo reconoce vivir una «vorágine», no en vano acaba de terminar su primera película, «El amor amargo de Chavela», se encuentra de gira con «Gran Gala Flamenco» y prepara para otoño una ópera flamenca, «Tierra».
Rafael Amargo (Granada, 1975) se mueve entre Madrid, Los Ángeles, pasa por China e Ibiza; viaja de Granada a Barcelona y coge un avión a Amsterdam, París, Lima, México D.F, como ha explicado el artista en «La hora de Luján», el programa que Luján Argüelles dirige y presenta en EfeRadio.
«Estoy muy contento de estar en Madrid después de haber vivido tres años en Barcelona, una ciudad maravillosa pero más hermética. Cuesta más que te reciba, aunque luego el público es más fiel», ha afirmado Amargo.
La televisión, en esta última etapa, también se ha rendido a su capacidad comunicadora y el polifacético artista ha participado en «Expedición imposible» y «Mujeres y viceversa».
Amargo afirma que él ha aportado al flamenco «lo audiovisual». «Fui el primero en introducir el cine en el flamenco y comencé a trabajar con directores que nunca habían estado en este arte, como La Fura del Baus. Todo fue porque mis amigos eran más del rock y del cine, que del flamenco», y confiesa que dentro del flamenco tiene pocos amigos.
Ha formado parte del último documento fílmico grabado a la cantante mexicana, Chavela Vargas (1919-2012), ha recordado: «Fue Chavela la que me encargó que hiciera este trabajo. Fui juez durante cuatro meses en Televisa en el campeonato mundial de baile y, los fines de semana, me iba a cuidar a Chavela a su casa de las afueras de la capital mexicana».
En aquellos momentos surgieron confidencias que la artista mexicana quiso que traspasaran la intimidad de sus charlas.
«Cogí un equipo de guionistas e hicimos esta película que me está dando muchas satisfacciones. Ha sido selecciona para el Festival de Cine de Lima y el Festival de Cine de Santander, en la provincia de Bucaramanga, en Colombia. Además, abrirá los actos organizados para conmemorar el primer aniversario de su muerte el próximo 5 de agosto», ha explicado.
El bailaor habla de Chavela Vargas con admiración y la define como su «madre espiritual» y señala que con la película le deja una herencia «un legado muy grande. Yo pensaba que iba a hacerle una película y es una carta a la muerte».
«Tierra» es su próximo proyecto. Una ópera flamenca escrita en 1992 con motivo del Quinientos Aniversario del descubrimiento de las Américas, y el ballet está inspirado en el grito de «tierra», sobre la travesía de esos marineros. La música es del Lebrijano y los textos son de Caballero Bonald.
Habla de su familia con pasión y reconoce que ha sido un niño «consentido y superprotegido». Padre de dos hijos, León y Dante, asegura que, de momento, no tiene intención de tener más «porque son tan brillantes los dos, que no necesito más». EFE
