SANTO DOMINGO. La esperanza que teje sueños, ésa que inspira corazones y que construye las quimeras de un mundo mejor demostró la creatividad de una joven talentosa. Isadora Bruno debutó en grande con el musical «Esperanza» la noche del pasado jueves en el Teatro Nacional «Eduardo Brito».
Bruno, una bailarina y coreógrafa a la que el tiempo en las tablas no le ha pasado por encima, cosechó el éxito de una apuesta escénica en la que apela a la esperanza por una vida mejor. A la esperanza de aquellos que tienen que quebrar sus sentimientos cuando la realidad les da en la cara.
Sus anteriores trabajos junto a Amaury Sánchez le sirvieron de base para cosechar este éxito.
Esta producción, que se mantendrá en cartel hoy y mañana, le da la oportunidad a jóvenes como Ana Féliz (Esperanza), Marel Alemany (Manuel), Tony Almont (Baldemiro), Milton Cordero (Baní), Laura Rivera (Rosalía), Laura Leclerc (Elena) y a Luis Marcel Ricart (Americano), lucirse en sus actuaciones.
El musical de Isadora Bruno, inspirado en las canciones de Juan Luis Guerra lleva buen ritmo. Como cómplices a los músicos que integran la banda 4-40 de Guerra, teniendo como directora a la experimentada Janina Rosado, así como una montaje coreográfico que se mueve como un solo cuerpo a ritmo de las canciones de Juan Luis.
La historia se inicia en el campo. Allí, una niña y un niño (Priscilla Maltez y Joaquín Ruiz) asumen a Esperanza y a Manuel. Quienes tienen que separarse porque los padres de Esperanza deciden mudarse a la capital en busca de una mejor vida.
El tiempo transcurre hasta que ambos, ya adolescentes, vuelven a reencontrarse cuando Manuel (Marel) decide ir a vivir a la casa de su primo Baldemiro (Tony Almont) quien reside en el mismo barrio que Esperanza (Ana Féliz).
A partir de ese instante, se teje una historia que atrapa al público, que poco a poco va envolviendo a los espectadores en la trama, desmenuzando ensueños por doquier.
Comienzan a surgir las sorpresas con las actuaciones de Ana Féliz y Marel Alemany.
Pero quienes les otorgan otro acento a la entrega son las actuaciones de Tony Almont, Milton Cordero, Laura Leclerc y Luis Marcel Ricart. Sus papeles son convincentes y provocan hilaridad durante sus intervenciones.
El show dividido en dos actos, apela a temas como «A la vera», «Ojalá que llueva café», «Señorita», «El Primo», «La llave de mi corazón», «Cuando te beso», entre otros.
Un segmento que no tiene desperdicios y que provoca regocijo es el que muestra a Manuel (Marel), quien es un cantautor que logra un contrato y debuta en un programa de televisión que en éste caso es «Divertido con Jochy», cuyo productor, Jochy Santos, abre los teléfonos al público. Una de esas «llamadas» es de Esperanza, quien había regresado de los Estados Unidos y da paso a un reencuentro.
Merecen menciones especiales Nuryn Sanlley, Frank Ceara, Laura Rivera y Nashla Bogaert.
Cabe destacar la dirección de Laura García como directora y Giovanna Bonelly como guionista.
Una acertada escenografía, creatividad en los vestuarios y fuerza en la proyección visual, son algunos de los elementos que fortalecen esta historia en la que triunfa el amor.
