Cannes (Francia), (EFE).- Con fogeo cargan los discursos los conferenciantes reunidos en la apertura de la 44 edición de la feria del mercado musical más importante en Europa, el Midem, que ha tenido lugar este domingo en el Palacio de Festivales de Cannes.
Ha pasado un año desde el anterior Midem en el que se llegó a la conclusión de la necesidad de la puesta en marcha de nuevas medidas de control para evitar las copias ilegales de CDs y por internet, y el vaticinio de la vuelta del consumo del vinilo así como la caída de la adquisición de los CDs; pero la realidad es bien distinta.
Por ello el Mercado Internacional del Disco y de la Edición Musical (MIDEM) ha programado hasta el 27 de enero próximo en paralelo con el MidemNet -hijo del Midem- actividades para hablar del mercado y de dos tendencias: la música digital -en ordenador y telefonía móvil- y la irrupción de las redes sociales.
La clave está en saber cuál es el nicho de negocio presente y en un futuro próximo y en no quedarse dormido en los laureles a pesar del éxito de su negocio porque el mundo evoluciona muy rápido debido a la incursión de la tecnología en el sector.
Y es que es tal la influencia de las nuevas tecnologías en la evolución de la música que el Midem ya es una feria que demuestra que la forma de monetizar la música depende intrínsecamente de los avances de las telecomunicaciones.
Por ello la directora del Midem, Dominique Leguern, indicó hoy en un encuentro con la prensa internacional que la organización ha facilitado la participación en la 44 edición de 26 empresas de emprendedores muy jóvenes de la industria musical.
Una nueva actitud en una feria que es un reflejo de la crisis financiera y económica global y de la crisis propia del sector. De ahí que preocupen las cifras de cuáles son las discográficas y editores tradicionales que han acudido al Midem 2010.
La directora apuntó que se mantiene «en torno al 60 por ciento» el total de empresas de corte tradicional de la industria musical que han acudido este año. De ellas el 40 por ciento es para las discográficas y el 20 por ciento restante para las editoras.
Esta estadística pone en evidencia que los tiempos cambian a marchas forzadas. Por los pasillos que unen los expositores por naciones, discográficas o estilos musicales del Midem hay menos visitantes que el año pasado y además son más jóvenes.
Ante la crisis del consumo de la música llega la fuerza de la juventud abrazando la idea de la difusión de la música con logaritmos. Del alrededor de 3.000 empresas que asisten al Midem, un 30 por ciento se consideran nuevas, afirmó Leguern.
Una estampa de que «el negocio -añadió- es cada vez más complejo y fragmentado» y con él se pone en juego no sólo el futuro del mercado musical sino el legado cultural de la sociedad global.
Una cuestión que trae de cabeza a las administraciones públicas, los gestores culturales, las discográficas y a los creativos: los autores, los intérpretes y los editores.
Para llamar la atención sobre este punto, el ministro francés de Cultura y Comunicación, Frédéric Mitterand, que acudió hoy a inaugurar oficialmente el Midem 2010, dijo en rueda de prensa que «los artistas trabajan por el bien común público y de la cultura».
De ahí que «sea esencial -añadió- construir un sistema que pueda resistir un tsunami desastroso como el que la industria discográfica ha conocido desde hace unos años».
A su vez, Mitterand señaló que «además de la situación de crisis hay una reducción enorme de nuevos artistas» e informó de que su gabinete va a poner en marcha «una medida determinante»: la creación de una oficina para exportar la música de artistas franceses.
El ministro de Cultura galo abogó por la «necesidad de hallar una solución trabajando con los modelos tradicionales» y «el consumo legal de la música», punto último que va a abordar en la próxima reunión con la ministra de Cultura española, Ángeles González-Sinde. EFE
Belén Palanco
Cannes (Francia), 24 ene (EFE).- Con fogeo cargan los discursos los conferenciantes reunidos en la apertura de la 44 edición de la feria del mercado musical más importante en Europa, el Midem, que ha tenido lugar hoy en el Palacio de Festivales de Cannes.
Ha pasado un año desde el anterior Midem en el que se llegó a la conclusión de la necesidad de la puesta en marcha de nuevas medidas de control para evitar las copias ilegales de CDs y por internet, y el vaticinio de la vuelta del consumo del vinilo así como la caída de la adquisición de los CDs; pero la realidad es bien distinta.
Por ello el Mercado Internacional del Disco y de la Edición Musical (MIDEM) ha programado hasta el 27 de enero próximo en paralelo con el MidemNet -hijo del Midem- actividades para hablar del mercado y de dos tendencias: la música digital -en ordenador y telefonía móvil- y la irrupción de las redes sociales.
La clave está en saber cuál es el nicho de negocio presente y en un futuro próximo y en no quedarse dormido en los laureles a pesar del éxito de su negocio porque el mundo evoluciona muy rápido debido a la incursión de la tecnología en el sector.
Y es que es tal la influencia de las nuevas tecnologías en la evolución de la música que el Midem ya es una feria que demuestra que la forma de monetizar la música depende intrínsecamente de los avances de las telecomunicaciones.
Por ello la directora del Midem, Dominique Leguern, indicó hoy en un encuentro con la prensa internacional que la organización ha facilitado la participación en la 44 edición de 26 empresas de emprendedores muy jóvenes de la industria musical.
Una nueva actitud en una feria que es un reflejo de la crisis financiera y económica global y de la crisis propia del sector. De ahí que preocupen las cifras de cuáles son las discográficas y editores tradicionales que han acudido al Midem 2010.
La directora apuntó que se mantiene «en torno al 60 por ciento» el total de empresas de corte tradicional de la industria musical que han acudido este año. De ellas el 40 por ciento es para las discográficas y el 20 por ciento restante para las editoras.
Esta estadística pone en evidencia que los tiempos cambian a marchas forzadas. Por los pasillos que unen los expositores por naciones, discográficas o estilos musicales del Midem hay menos visitantes que el año pasado y además son más jóvenes.
Ante la crisis del consumo de la música llega la fuerza de la juventud abrazando la idea de la difusión de la música con logaritmos. Del alrededor de 3.000 empresas que asisten al Midem, un 30 por ciento se consideran nuevas, afirmó Leguern.
Una estampa de que «el negocio -añadió- es cada vez más complejo y fragmentado» y con él se pone en juego no sólo el futuro del mercado musical sino el legado cultural de la sociedad global.
Una cuestión que trae de cabeza a las administraciones públicas, los gestores culturales, las discográficas y a los creativos: los autores, los intérpretes y los editores.
Para llamar la atención sobre este punto, el ministro francés de Cultura y Comunicación, Frédéric Mitterand, que acudió hoy a inaugurar oficialmente el Midem 2010, dijo en rueda de prensa que «los artistas trabajan por el bien común público y de la cultura».
De ahí que «sea esencial -añadió- construir un sistema que pueda resistir un tsunami desastroso como el que la industria discográfica ha conocido desde hace unos años».
A su vez, Mitterand señaló que «además de la situación de crisis hay una reducción enorme de nuevos artistas» e informó de que su gabinete va a poner en marcha «una medida determinante»: la creación de una oficina para exportar la música de artistas franceses.
El ministro de Cultura galo abogó por la «necesidad de hallar una solución trabajando con los modelos tradicionales» y «el consumo legal de la música», punto último que va a abordar en la próxima reunión con la ministra de Cultura española, Ángeles González-Sinde. EFE
