SEVERO RIVERA.
SANTO DOMINGO. Lo cierto es que la televisión y la radio se han convertido en los medios perfectos para que gente que no podido demostrar su talento en nada se inserte en estos para «mercadearse» en una población de ignorantes y de ese modo conquistar una curul en el Congreso, ser Regidora o Regidor, conseguir un cargo en algún estamento de la administración pública, ser Síndico, y porque no, hasta pretender ser presidente o presidenta de la República.
Son muy contadas las excepciones, pero aquí hay una extensa lista de gente que ahora se ha enganchado a la política para tratar de llegar por la vía rápida. Eso es lo que la sociedad y los partidos políticos se quedaron estancados y han tenido que echar mano no solo a esa nueva camada que quiere una tajada del pastel y resolver su vida con la complicidad que dan los cargos oficiales.
Hay, porque los hay, quienes se buscan unos socios con dinero procedente del narcotráfico para que los apoyen en sus aventuras. Son los que más fiestas hacen en los lugares por los que aspiran porque ese dinero no se trabajó. De hecho, aquí hay gente que desde hace años ha ganado posiciones electivas con recursos de dudosa procedencia.
Esa gente tiene mucha cancha aquí. Van con la «paca» a algunos canales de televisión o emisora de radio y de inmediato se convierten en «productores» o «comunicadores» para estar al servicio de las «mejores» causas del país.
Dirán que es un derecho que les asiste, pero aquí todos nos conocemos y hay gente que puede justificar sus aspiraciones ante el país, porque su accionar de vida ha sido de espalda a la población.
La campaña proselitista no se ha dejado abierta, sin embargo ya la ciudad está llena de vayas, cruzacalles, promociones en radio y televisión. La Junta Central Electoral, que se supone debe regularlo, no ha dicho esta boca es mía.
Pero bien, que siga el entierro y los pendejos que hagan filas para seleccionar a un grupo que se sirve con la cuchara grande con la complicidad de ellos, pero que después que los convencen quedan fuera de sus respectivas agendas.
